jueves, 18 de abril de 2013

La caja de Pandora


Quiero inaugurar esta nueva sección de mi blog (no hago otro blog porque estoy ya demasiado saturado) con una frase que me viene muy bien para el momento que vivo.
Iré añadiendo mitos, curiosidades dichos y proverbios, dándoles una explicación y un origen. Espero que os gusten, os enseñen y os sirvan, como a mi.

Para empezar un "clásico".


La caja de Pandora.

 


Todos hemos oído alguna vez esta frase. Normalmente dentro de un contexto calamitoso.

“Le has contado a todo el mundo lo que hicimos, y has abierto la caja de Pandora”.

 

Sabréis ya que esta frase implica hacer o decir algo, que traerá consecuencias funestas de forma considerable.

 

Proviene de un mito griego. El de Prometeo, o al menos deriva de él.

Prometeo, y su hermano Epimeteo, eran dos Titanes que solían acompañar a Zeus y le contaban las cosas que iban a suceder (el primero) y las que ya habían sucedido (Epimeteo). Cuando se fueron creando los seres vivos, cada uno le daba un carácter. Epimeteo los positivos y Prometeo los negativos.

Epimeteo se encontró que llegó el Hombre y no tenía nada bueno que ofrecerle ya. En una vasija solo quedaban los males del mundo (enfermedades, plagas, odio, etc…), así que su hermano le ofreció darles las artes y el fuego para que pudieran sobrevivir.

Para ello, subió al Monte Olimpo y robó al dios Hefesto la habilidad para hacer cosas y el fuego de su fragua.

 

Zeus se enfureció porque esas posesiones harían que los hombres se quisieran equiparar a los dioses. Por ello decidió no solo castigar a Prometeo, sino a toda la Humanidad.

Ordenó a Hefesto que creara a una mujer de arcilla y le diera vida. Luego habló con Atenea y Afrodita para que le pusieran en el exterior todos los dones. La hizo hermosa, dulce, cariñosa, habilidosa y trabajadora. Pero habló en secreto con Hermes, el dios del comercio y la política, para que le introdujera en su corazón la mentira y el engaño.

Y así nació Pandora (Plena de dones). La envió a casa de Epimeteo, pues él no conocía las cosas que estaban por suceder. Mientras a Prometeo lo desterró al Cáucaso, uno de los pilares que sostenía el cielo sobre el mundo, y le ató a él. Un águila monstruosa le devoraría el hígado por toda la eternidad.

 

Epimeteo aceptó el regalo de Zeus y se casó con Pandora, ignorante del secreto que escondía en su corazón. Durante el noviazgo, Pandora preguntó a Epimeteo por aquella extraña vasija tapada y guardada en el dormitorio. Epimeteo le dijo que no tenía importancia pero que nunca, en ningún caso, debía abrir y ni siquiera tocar.

 

En la noche de bodas, cuando Epimeteo se durmió, Pandora no pudo ya reprimir su curiosidad y se acercó a la vasija. Forcejeó con la tapa y consiguió abrirla. De pronto una luz cegadora iluminó la habitación como si se hubiese desatado una tormenta. Todos los males que debían azotar a la Humanidad y que hasta entonces estaban ocultos y a buen recaudo escaparon. Epimeteo se levantó al instante y consiguió cerrarla, pero todos habían escapado. Todos salvo una cosa: la Esperanza. Tan engañosa o más que el propio corazón de Pandora.

 

Es por ello que decimos que la esperanza es lo último que se pierde o lo único que nos queda, pero la mayoría de las veces es un feliz engaño para consolarnos pues no nos queda nada más.

 

Gracias Pandora, guapa.

1 comentario:

Eilidh dijo...

la jodia pandora ya podria haber metido las manos en el microondas! ¬¬
Un beso titu y si, la esperanza es lo único que nos queda..