miércoles, 2 de junio de 2010

Cabronadas y pamplinas

Con los años uno se va haciendo a todo, aunque la verdad, el Ser Humano no deja de sorprenderme. Casi siempre negativamente. Me niego a pensar que el hombre sea malo por naturaleza, pero que difícil es no caer en la tentación de creer que la buena gente es un accidente. Será porque esos están ocultos por esa cantidad de hijos de puta supinos que como satélites giran en torno a nosotros diariamente. Entre esos satélites y los que viven sobre la tierra intentando no putear a nadie y dormir tranquilos por las noches hay un enjambre de gilipollas integrales que se dedican, como si de borrascas se trataran, de hacernos llover una cantidad de idioteces que, a menos que lleves un buen paraguas de paciencia, te salpican y empapan hasta hacerte pararte y cagarte en todo y en todos. Y entre cabronadas y pamplinas vamos sorteando los charcos y el fango de sus babosas intenciones.
De cabronadas.
La maestra indiscutible, porque lleva siglos de experiencia, es la Santa Madre Iglesia Católica Apostólica y Romana.
Al fin salen a la luz pública y de manera masiva la cantidad de abusos y violaciones de niños y mujeres de estos guardianes de la moral privada. Mucha gente lo decía en los corrillos de tertulia y plaza pública, pero con la boquita chica y tapándosela con la mano. Una especie de teoría de la conspiración contra la Iglesia. Echarle basura encima a una institución que mucha gente odiaba y a la vez temía por el poder sobre la vida, la muerte y después de la muerte que tenia durante el pasado.
Eso decían, que eran mentiras comunes, leyendas urbanas, algo que todos decían pero que nadie conocía de primera mano. Claro quién iba decir en voz alta: “ A mí me tocaba Don Pascual” o “El padre Felipe me ha hecho una barriga”. El linchamiento público habría sido inmediato y el tiempo que iba a tardar el valiente en dar con sus huesos en la cárcel por una u otra razón, verdadera o inventada, sería el justo para que la pareja de la Benemérita le fuese a visitar.
Pero ha llegado el día en que se ha destapado a toda la caterva de fariseos que, como dijo el propio Jesucristo son sepulcros blanqueados por el sol. Blancos y limpios por fuera, pero por dentro llenos de podredumbre.
Aquellos que amparados por el miedo de sus víctimas, la autoridad de sus personas y el poder de su institución, han destrozado los cuerpos y las vidas de miles de niños en internados, campamentos y sacristías. Ahora el Santo Padre dice pedir perdón. Bonitas palabras para pasar página sobre un delito tipificado por todas las democracias mundiales. Quizás trata con eso de que, soportando sobre sus espaldas el peso de la culpa, libere al resto de su jerarquía de tener que pedir perdón y pagar por los crímenes que han cometido. Las víctimas se quejan y con razón de no ver en esas palabras ni arrepentimiento ni una mano dura que corte las ramas podridas de ese árbol moribundo que es la iglesia católica. El mes pasado en una carta pastoral a la iglesia irlandesa, Ratzinger ha dado un “rapapolvo” ligero sobre el asunto. A partir de ahí surgen más y más denuncias, y las que vendrán. ¿Y a dónde van esos pederastas violadores indeseables? A otra diócesis donde no se les conozca. Esa es la justicia del Vaticano. Repudio no, encubrimiento.
No es que sea menor el delito en un seglar pero... en aquellos que se suponen los guardianes de la moral de sus adeptos, aquellos que les juzgan y condenan tanto en la vida como en la eternidad por cuestiones similares, tienen además el agravante de alevosía. En fin, que las noches en los colegios religiosos y seminarios sean plácidas y no películas de terror.
De Pamplinas
La verdad es que ya estoy hartito de vivir en esta burbuja de lo políticamente correcto y del Homo Eufemisticum.
Desde que a las personas de raza negra dejamos de llamarles “negros” por “de color” (vamos que los blancos no son blancos sino transparentes), digo yo, a los chinos había que llamarles “de color” especificando “de color amarillo” o a los beréberes “de color canela” o a los blancos deberían llamarnos “de color vainilla” o “rosado” o “de color canela claro” si son muy morenos. Habría que especificar el tono de color y así tendríamos a personas de color negro tirando a marrón o negro tirando a marrón claro. Tampoco se puede decir que “la cosa está negra” o “ha sido una semana negra” por que a algunos idiotas se le ocurre que puede insultar a algún colectivo que, por cierto ya no son negros sino de color.
También quieren quitar de nuestro léxico las inoportunas frases consideradas xenófobas o racistas como “engañar como a un chino” (que digo yo que conociendo a los chinos cualquiera los engaña) o “trabajar como un negro” (eso es lo que quisieran la mayoría que deambula sin rumbo por nuestras calles, trabajar), bueno son frases ya anacrónicas que también se pueden cambiar por “engañar como a un niño” (conociendo a los niños cualquiera los engaña) o “trabajar como un obrero” (eso es lo que quisieran la mayoría que deambula sin rumbo por nuestras calles, trabajar).
Sin embargo sí queda bien si los propios “de color” de autodenominan “Black Power” (poder negro, sí, no “poder de color” que es como ahora les llamamos) y lo mas gracioso es eso mismo, que a los que nosotros tememos llamar “negros” les importa un pepino eso del nombrecito.
Quitar algún escudo heráldico de alguna Comunidad Autónoma por llevar cabezas de moro, al considerarlos insultantes hacia una comunidad concreta. Vamos es como si sacásemos de su tumba a Colón (ahora que sabemos donde está) o a Isabel la Católica por los 400 años de conquista, y los tirásemos a una escombrera. Rizar el rizo, o ser mas papista que el Papa.
¡Cuanta pamplina señores!
Y ya con las tonterías sobre la igualdad y la paridad es que me tiro al suelo y pido un taconeo en mis lomos.
Y no es que esté en contra de la igualdad, ojo. Estoy en contra de la tontería y el hacer por hacer. Por que se note que se hace algo aunque no valga para nada.
Mira que soy de izquierdas. Mira que apoyo al gobierno del PSOE porque prefiero mil veces las tonterías , pamplinas y “ahorasís ahoranos” de Zapatero que un día bajo el gobierno de la fachorrada PePeista. Pero es que me puede.
Pase que Miliki tuviera que cambiar la canción de “Los dias de la semana” porque sonaba mal aquello de:
Þ Lunes antes de almorzar una niña fue a jugar pero no pudo jugar porque tenia que planchar. Asi planchaba... (letra completa)
Pero es que la han cambiado tanto por esta pamplina de la ley de igualdad que ahora suena así:
Þ Lunes antes de almorzar un marido fue a correr pero no pudo correr porque tenia que planchar. Asi planchaba... (letra completa)
Y así ese marido sigue sin poder hacer todo lo que le apetecia hacer porque tenia que hacer de todo en casa. Y no digo yo que esté mal que haga, pero ¿podria acompañarle la esposa tambien no? O al menos un dia uno y otro dia la otra. Mientras ¿qué hacia la mujer? Ver “Salvame” quizás. Pues vaya mierda de ley de igualdad, ¿Igualdad para quién?
La señorita Ministra de Igualdad, Bibiana Aido, (que yo me pregunto porqué no le han bautizado Ministerio de la Mujer que es un nombre más acertado, porque en ningún momento se pide nada para los hombres, que somos según dicen iguales), la Srta. Ministra como digo, se tiene que pasar el dia como los abogados de la SGAE (espero que no me cobren por usar su santo nombre) revisando canciones y cosas por el estilo. Lo último ha sido apoteosico cuando ha hablado de modernizar los cuentos infantiles, el de la Cenicienta por ejemplo, por sexistas. Es como si revisasemos los clásicos y los rescribiésemos. En La Iliada de Homero, (se cree que Homero era mujer) Páris seria seducido y secuestrado por Helena y Aquiles seria en realidad una mujer que luchando por los derechos de sus iguales querria destruir Troya, antro de machistas ojijuntos y barbaros.
Si estudiamos el cuento de Cenicienta tenemos que tener en cuenta algunas cosas (todos conocemos su argumento, y si no, al videoclub). Lo primero es que solo conocemos, me refiero al público general, las dos versiones más recientes de este cuento, las de Perrault y los hermanos Grimm, de 1697 la primera y de 1812 la segunda, que varian solo en algunos mínimos detalles. Curiosamente esta historia se conoce por muchos nombres en paises y culturas muy alejadas tanto en distancia como en el tiempo siendo su versión más antigua la egipcia “Rhodopis” del siglo 6º a.C. y la más exótica la china “Yen sen” algo posterior. Incluso los indios de Norteamérica tienen una Cenicienta. Todos los cuentos tienen una enseñanza. En la Cenicienta en todas sus versiones es el triunfo de la bondad, la perseverancia y el trabajo honrado sobre las adversidades que nos sortean y que al final dan su fruto. Vamos lo que viene a decirnos que hay que seguir siendo buena gente por mucho hijo de puta que venga a jodernos el dia porque al final tendremos una recompensa (yo no lo creo pero bueno, como ya hay muchos hijos de puta en el mundo y a mi me gusta ser exclusivo, no tengo más remedio que joderme).
Pues bien, la señorita Aido y su gabinete de Censores New Generation solo se ha fijado en que la pobre muchacha trabajaba en casa como una esclava y que, según el gabinete después de sesudas investigaciones, su unica misión en la vida es encontrar un buen marido, osease el Principe, que la quite de trabajar.
Vayamos por partes, como dice Jack el Destripador:
1. Cenicienta trabajaba en “su” casa. Que digo yo que si no se tiene para servicio domestico, el polvo lo tiene que quitar una en su propia casa.
2. Quien mandaba a trabajar como esclava a Cenicienta era su puñetera madrastra. No era un padre machista y maltratador. Y las que se reian de ella no eran unos hermanastros abusones y acomodados, eran dos tiparracas con bucles y volantes.
3. Si el trabajar hasta que un principe te saque de allí y te haga pegarte la gran vida (ojalá yo encontrara una “principa” que me quitara de levantarme a las 6’30 y me tuviera en una hamaca en un chalet en Sotogrande) ¿porque cojones va a besarle la mano a Leticia Ortiz (perdón, Su Alteza Real la Princesa de Asturias) por haber hecho lo propio?
“Éngaya ome”.
Y no voy a hablar de la pamplina de tener que decir: trabajadoras y trabajadores, madres y padres, compañeras y compañeros (ojo que no se te olvide poner delante en femenino por si acaso)en cada mitin o en cada discurso o en cada boletín. Y si no, la socorrida @ que es lo mismo: trabajador@s , compañer@s , amig@s y gilipoll@s integrales que los hay en los dos sexos.
A mí que soy del E.G.B. de finales de los 70’s y primeros de los 80’s me enseñaron que cuando en castellano se escribe un plural en el que hay al menos un sujeto o sustantivo de genero masculino, se escribe genéricamente en masculino. Porque el lenguaje tiende siempre a simplificar y no a redundar. Porque los señores y señoras (señor@s) catedráticos y catedráticas (catedrátic@s), perdón, los puse al reves (es mi poso machista) no han tenido a bien el cambiar la regla por que no constituye ningun menosprecio ni insulto al sexo o genero femenino.
Tampoco para terminar voy a hablar de la rebuscada “paridad”. Sí, eso de que si en un lugar de trabajo, al menos en lo público, tiene que haber el mismo número de hombres que de mujeres. Otra pamplina más de mi querido gobierno socialista (seguiré votandolos mientras exista la derecha en este pais).
Esto quiere decir que si hay 6 plazas y se presentan hombres y mujeres a un puesto de funcionario, quedarán fuera todos los hombres menos 3 por muy preparados y por muy superiormente cualificados que se encuentren sobre la mejor de ellas por que ha de haber paridad. ¿Es igualdad eso? Yo personalmente no lo veo, porque ante un concurso-oposición no se deberia mirar el sexo del participante ¿O sí señorita Ministra Aido? Tal vez usted esté de Ministra en base a esa paridad porque habia que rellenar los ministerios con una mujer , tuviera la capacidad que tuviera y la siguiente en la lista era Su Ilustrisima.
Ay, cuanta cabronada y cuanta pamplina.
Esto merecerá seguro una segunda parte.