Periandro, segundo tirano de Corinto allá por el siglo VII a.C. y uno de los llamados "Siete Sabios de Grecia", envió a un embajador a Mileto para consultar al tirano Trasíbulo la mejor forma de mantenerse en el poder. Trasíbulo paseaba por el campo y sin decir palabra se dedicó a tronzar con una varita de mimbre toda espiga que sobresaliese del resto de espigas. El embajador comprendió al instante que para mantener el poder debía deshacerse de todo aquel que sobresaliera o despuntara.
Cada vez estoy más convencido de que el objetivo final de
este gobierno de Mariano Rajoy es acabar con el statu quo de la sociedad actual
española.
Y ya me lo advirtieron, hace unos pocos años, un par de
primos míos que se las dan de burgueses.
Uno de ellos es abogado, aunque ejerce en una especie de
gestoría haciendo nóminas y llevando seguros, etc. El otro es empresario.
En una reunión familiar (no muy feliz) estábamos charlando de
temas laborales sin importancia (aún no se hablaba de la crisis) cuando el
abogado comentó algo sobre los obreros. No se si la frase fue “estos proletarios
siempre pidiendo más” o algo así. La cosa es que el empresario respondió: “cuidado
que el primo Antonio también es proletario, no se vaya a mosquear y se de por
aludido”.
Yo simplemente les contesté que no me daba por aludido,
porque yo no era ni proletario, ni obrero… yo solo era un trabajador. Y que yo
no pediría nada más que lo que me corresponde… pero no permitiría que me quitaran
nada de lo que ya tuviese.
La respuesta fue, que yo era de los del puño en alto pero
luego lo mío era solo mío.
No si te parece lo voy a repartir. Abro mi casa y mi cuenta
y venga “calentito lo traigo oigan”. Que nos dicen que los izquierdosos
(rojillos o progres es ahora la palabra derechona, aunque a ellos les molesta
que les llamemos fachas) tenemos ideas anticuadas y que vivimos en el mundo de
principios del S XX, pero ellos aun creen que “queremos quitarles las tierras y
repartirlas entre las chusmas de jornaleros ávidos de sangre noble”.
La cuestión es que le dije, después de recordarles que todos
los allí presentes estábamos en el mundo gracias a obreros (como nuestros
respectivos padres) o jornaleros (como nuestros comunes abuelos) y que ninguno pertenecía
a ninguna rama venida a menos de una casa ducal, que con mi trabajo y mi sueldo
yo tenía dos coches y una casa propia igual que ellos (bueno que uno de ellos,
porque el abogado ni lo uno, ni lo otro) y una familia sin una sola necesidad,
que me iba una semana al año de vacaciones y vivía modestamente, pero como un
señor. Que era un buen ahorrador y me quitaba de lujos innecesarios para
satisfacer otros caprichos que me reportaran vivencias agradables (como las
vacaciones con mi familia).
“Ves primo, ese es el problema. Que tú, sin titulación
universitaria, sin una empresa a tus espaldas, sin arriesgar más que lo normal
en tu trabajo (le parecerá poco al gachó arriesgar el pellejo cada día que cogía
el soplete o me ponía cerca de 2 toneladas de metal suspendida de un cable),
sin más que un sueldo, puedas tener dos coches y una casa. Que puedas irte de
vacaciones cada año, que tus hijos puedan ir a la Universidad, que te puedas
operar de lo que quieras y gratis, que puedas cenar en cualquier restaurante. Y
no es que yo te desee lo contrario, pero hay mucha gente que no está a gusto
con esa situación y algún día van a hacerlo cambiar”.
Pero ¿les quito yo algo a ellos o es solo pura envidia? Pregunté.
“Ni lo uno ni lo otro. Es simplemente que los grandes
empresarios y profesionales titulados han gastado mucho dinero en estar donde
están. Pagan mucho dinero para que sus hijos estudien en universidades privadas
y colegios privados que valen una pasta. Pagan una millonada por un seguro
privado para ellos y su familia. Se gastan los cuartos en un plan de pensiones
y arriesgan en bolsa para procurarse una jubilación de lujo. Gastan mucho en
coches, viviendas, restaurantes y ropa. Para que luego venga gente como tú, o
menos que tú, y vivan como ellos.
Un simple albañil que no llegó a terminar la E.G.B., que
sabe escribir lo justo, que sea dueño de una pequeña empresa, que tenga un
Todoterreno, una casa de dos plantas, un chalé en la playa y los hijos en la
universidad. Como hay muchos viviendo como jeques.
O tú que trabajas en una empresa, con el F.P. a lo justo y
cobrando un sueldo más alto que el del primo (el abogado). Eso hay mucha gente
que no lo puede, que no lo quiere permitir”.
Yo asistía boquiabierto a ese vaticinio, aunque por entonces
pensaba que solo eran mamarrachadas del momento algo tenso.
“Imagina ese médico, hijo y nieto de médicos, casado con una
médico, hija y nieta de médicos, con los hijos en la Universidad Europea de
Madrid, y que luego los hijos del albañil se codeen con ellos por los pasillos
de cualquier hospital, o estén cenando en la playa en la mesa de al lado y
comiendo la misma langosta Thermidor y en el mismo hotel ¿de qué le ha valido
su apellido, su dinero y su alta cuna si al final está justo al lado del
albañil? Eso es lo que piensan.
Que no primo, que los que están arriba quieren la habitación
con vistas para ellos solos o para los que son como ellos, de su élite. Y no
van a permitir que esto siga así. Son muchas cenas con empresarios donde la
conversación acaba en lo mismo. En para qué estoy pagando un seguro privado si
el desgraciado que me limpia el jardín se puede operar de lo mismo que yo y
gratis, para qué pago colegio privado trilingüe a los fieras de mis hijos si
les vale para lo mismo que el público de las hijas de mi asistenta, que hasta
le regalan un portátil y estudian matemáticas en ingles, y eso que es peruana o
filipina y a saber como llegó aquí. Que el que reparte la fruta o el que me
cerró el porche del chalet tiene uno casi igual de grande. Que coincidí en un
Spa en Alemania con una que era la mujer de un cristalero y el de la pescadería
va con la amante al mismo concesionario que yo con su Rav4. Que no, que no van
dejar que siga esto.”
Visto lo que está pasando en el país y a tenor del
desmantelamiento que, con la excusa de la crisis, está realizando el PP con
todo la jeta posible y sin disimular lo más mínimo, en los primeros 5 meses de
gobierno, y desde la primerísima semana de toma de posesión del cargo, creo
firmemente que todo es una orquestación por parte de la clase media alta para
deshacerse de invasores y vecinos molestos.
Ahora podéis tacharme de teórico de la conspiración o
fantasioso. Espero por el bien de todos que solo sea eso, una teoría o una
fantasía y que no tenga que decir de los incrédulos que sois unos ilusos.
Pero vamos, tiempo al tiempo.