viernes, 11 de enero de 2013

Un cuento de Navidad

Adaptación del famoso cuento de Charles Dickens, por Antonio Rodríguez.


Mariano se acostó aquella Nochebuena como un día cualquiera. Afuera la gente gritaba porque querían más dinero. Hasta ahí podíamos llegar, con la crisis que le habían dejado.
Había estado todo el día en el Congreso, trabajando por el país. Los sindicatos le habían pedido que aflojara un poco los recortes que durante todo el año habían ahogado, según ellos, a los ciudadanos.

-          Paparruchashhh. – dijo al recordarlo.


¿Es que no eran conscientes de la cruda realidad? Las arcas públicas estaban vacías, el FMI le reclamaba más recortes y Ángela, ¡Ah, Ángela! Siempre quería más.

Sus amigos los empresarios y banqueros le habían palmeado la espalda, y estos sí que sabían de economía, no esos obreros pestilentes. Pensando en los próximos presupuestos en los que tendría que recortar más aún se durmió.
De pronto, a eso de las 2 de la madrugada una leve lucecilla le despertó. Creyó estar soñando, pero allí delante de su cama había una figura familiar. Estaba rodeada de un halo de luz. Vestía un uniforme militar con una banda morada y varias condecoraciones.



-          Pero, ¿esh ushted Don Francishco? –dijo restregándose los ojos.
-          Sí Marianito, soy el Caudillo. Soy el “Espíritu de las Navidades Pasadas”.
-          Pero shi eshtash muerto y enterrado bajo una gran losha de mármol en…
-          Ay Marianito hijo, que torpe estás. Te he dicho que soy un espíritu. Anda dame la mano que vamos a hacer un viaje.
-          Pero tendré que ponerme algo, que no quiero shalir como Eshperanza cuando regreshó del atentado de Bombay con aquellosh calcetinesh horrorosos…
-          Anda Marianito, déjate de tonterías que no tengo todo el blog para mí solo. Tú dame la mano que yo te guío. Y por cierto, ¿que estás haciendo con Iberia jomío? Mira que era una compañía de altos vuelos… me estás dejando España a la altura del betún. Pareces un rojo.

Mariano le dio la mano al Caudillo y de pronto se formó una nube alrededor. La habitación de Moncloa se esfumó y todo se volvió en blanco y negro. De fondo se oía una musiquilla conocida

-          Paaa, parará pararapapapapapaáaaaaaaaaaaaa… pa parapapa, pa papaparararaaa. (música del NODO)
-          Uy, que recuerdos me trae Excelencia.
-          Sí hijo, pero mira, mira.

De pronto ante él surgió una imagen reconocible. Era la Calle Preciados de Madrid, pero todo se veía en blanco y negro. La gente se agolpaba en Galerias Preciados y salían y entraban de los grandes almacenes. La Puerta del Sol bullía. Por doquier había gente con bolsas de regalo. “Gentes bien”, aunque también mucha gente normal y hasta señores con boina calada y chaqueta de pana y señoras de pañuelo y toquilla se arremolinaban junto a la castañera que repartía cartuchos de papel que los niños, sorbiendo mocos, cogian resoplando con sus manitas enguantadas en punto inglés. Los tenderos sonreían y se saludaban. La gente se deseaba felicidad tocándose el sombrero o levantando la manita.



-          Qué te parece Marianito. Estas son las Navidades pasadas. La gente tenía poco pero para eso creé los “economatos” para que los que ganaban poco estuvieran cubiertos en todas sus necesidades. Mira, esa señora anciana vive con sus hijos y gracias a ellos y a su paguita está feliz. Ese vecino de ahí no se preocupa por la operación de garganta de su hija porque la Seguridad Social se la va a pagar. Y el conserje se lleva este mes su paguita extra y así le ha comprado el caballo de cartón que quería su hijito pequeño. Todo está bien, los ricos son ricos y ganan mucho dinero, los comerciantes venden y mantienen sus tiendas, los obreros trabajan y alguno rojillo hace huelga (pero con una buena cucharada de aceite de ricino se le quitan las ganas por una temporada), los pobres, bueno los pobres piden y alguien les da. El campo es verde, el mar azul, Iberia es española como RENFE y el Madrid gana las ligas y las copas del Caudillo. España es feliz Mariano.
-          Puesh shí que she lesh ve felicesh, shí. Eso es lo que debe ser Eshpaña, un remansho de paz.
-          Pues pedazo de borrico, – dijo al tiempo que le soltaba un pescozón – todo eso que yo logré, aunque hubiera algún rojo como ese Santiago que ahora juega al mus en el bar “Nube 5ª” del cielo según se sube con Manoliño, que me llamaba dictador, te lo estás cargando, Mariano.
-          Pero shi no shoy yo, Excelencia. Esh Angeliña que me exige y me exige, y yo no puedo negarle nada. Ella me ha pueshto donde eshtoy y qué quieres que te diga Paquito.
-          ¡Cómo que Paquito! Para ti Caudillo o Excelencia. A ver si te fusilo y te tengo toda la Eternidad de capitán de jardines limpiando letrinas de un cuartel de la Legión. Anda volvamos a casa, que veo que no te enteras.

La imagen se desvaneció y volvió a estar en su cama. Don Francisco había desaparecido y todo estaba como antes.



-          Paparruchash – volvió a decir.

Se disponía de nuevo a dormir cuando una luz se volvió a formar delante de su cama.

-          ¿Don Francishco?
-          No Mariano, soy José.
-          ¿Joshemari? – dijo temblando.
-          Que no Mariano, José Luis. ZP, ¿recuerdas? Soy el “Espíritu de las Navidades Presentes”.
-          Coñe, shi creía que habiash emigrado al Caribe con tu querido Hugo Chavesh.
-          Déjate de coñas y arriba, que tenemos que seguir con la visita.
-          Pero esh que eshtoy canshado ZP – Zapatero alzó las cejas -. Perdón, Joshé Luish.
-          Ni cansado ni porras, estarás cansado cuando lleves 8 años, como yo, discutiendo con los líderes de Europa y la Alianza de Civilizaciones sin entenderles ni papa. Venga dame la mano.

Mariano se agarró a Zapatero y de pronto se vio en la Puerta del Sol de nuevo. Esta vez al menos era en color. Pero el panorama era distinto. Por una de las calles avanzaba una marea de personas vestidas con camisetas verdes. Todos gritaban como locos.



-          Pero que shucede Joshé Luish, ¿esh una cabalgata de algo?
-          No Mariano, son profesores, estudiantes, padres y hasta rectores de la Universidad.
-          Y qué van, ¿de excurshión quizásh? Recuerdo con los Hermanitosh que cuando era niño…
-          No Mariano, pichorra. Que no te enteras. Se manifiestan contra los recortes en Educación. Que ahora solo van a poder estudiar los hijos de papá. Que vale que ahora hay muchos jóvenes que pasan de todo, pero vamos camino de tener una juventud analfabeta, inculta, que solo querrá cachondeo, droga y alcohol y folleteo con un famosete para ganar dinero. Vamos como ahora pero en grado sumo.
-          Puesh como debe sher. ¿O esh que un hijo de un albañil va a poder sher abogado? O médico. Eshosh jóvenesh greñudosh y porretash que she rejuntan shin casharshe ni nada, que she vishten con camishetash y llevan “pirshinsh” y tatuajesh, que no dejan el móvil ni el “Feishhhhbuk” mash que para dormir, y she llevan todo el día con losh ShMSh’sh quedando para manifash y acampadash en lash plazash.
-          Claro Mariano, pero eso (aunque yo tampoco lo sabía) se llama “movilización solidaria”. Hablando de médicos – dijo Zapatero al tiempo que señalaba a otra de las calles adyacentes. Una marea humana, esta vez vestida de blanco, avanzaba por la calle gritando.
-          Y eshtosh ¿shon también manifeshtantesh?
-          Ahí has acertado Mariano, son médicos, enfermeros, trabajadores de la Sanidad y pacientes.
-          ¿Y también eshtán cabreadosh por losh recortesh? Pero qué quieren, lash endodonciash cueshtan muy carash. ¿Cómo quieren que paguemos todash lash medicinash que quieran?
-          Mariano, has quitado de la Seguridad Social medicamentos esenciales para enfermedades muy comunes y otros muy caros de enfermos crónicos. Sobre todo los viejecitos que ahora tienen que pagar parte de la receta aunque ya lo hayan hecho cuando trabajaron con tanto esfuerzo por dejarnos una España mejor. Si Franco levantara la cabeza.
-          No me hablesh de Franco Joshé Luish, no me hablesh – dijo al tiempo que se rascaba el collejón que aun le dolía.
-          Pero que esh aquello.
-          Ah, son funcionarios. Es que les han obligado a trabajar más horas que el Tato, y les han quitado la paga extra, pero la que más jode, la de diciembre. Además están pensando en despedir a gente porque quieren cerrar empresas Públicas y Administraciones.
-          Puesh claro Joshe, esh para ahorrar en gashto público, que she te fue de lash manosh, mocito. Que la gente decía que eshtaban todo el día rashcandoshelosh y que no hacían nada. Y la paga de Navidad puesh también para ahorrar. Que hay muchash duplicidadesh y funcionariosh.
-          Sí Mariano, pero no recortas en coches oficiales, ni en sueldos de diputados, ni en consejeros, asesores, secretarios, asesores de asesores de secretarios. No recortas en presupuestos para gilipolleces como un AVE a Girona que no va a coger nadie. O como tu gente en la Comunidades Autónomas haciendo aeropuertos donde no van ni los gorriones, a cambio de trajes y billetes de lotería premiados. Mariano, que se te ve el peluquín.
-          No esh peluquín, esh mi pelo, teñido, pero esho no she lo cuentesh a Ángela.
-          No te enteras, y mira que yo no me enteraba, pero tú me dejas por espabilado Marianito.
-          Uy mira, una manifeshtación de bomberosh.
-          No Mariano, los bomberos son esos de aquella calle que vienen junto a los mineros y los de Astilleros. Y esos son jueces, que protestan por las tasas por las que un trabajador tendrá que pagar por demandar a su jefe que le explota más de lo que recibirá si gana y por la que los obreros no podrán divorciarse siquiera. Y esos son artistas que protestan por la subida del IVA en la maltrecha Cultura. Que un libro cuesta casi como una cena. Y una noche en el cine con los niños como un fin de semana en Benidorm. Esos que vienen por ahí son autónomos, que se creian que iban a lloverles el dinero contigo pero ven que si no son el Corte Inglés, Carrefur o Mercadona no venden un pimiento… pero estos no se manifiestan…estos están aplaudiendo a los que vienen por ahí, esos que tú decías que eran bomberos.
-          Y que shon, si traen cashco y botash.
-          Antidisturbios.
-          Y que piden eshtosh ¿másh pagash?
-          No, Mariano, mira. A estos no les importa una mierda que les hayan quitado la paga, ellos se la cobran con las extras que hacen durante todo el año. Estos te pedirían más pelotas.
-          Uy, pero shi yo pelotash… ejem.
-          Pelotas de goma, Mariano. Y como mucho te pedirían una ley de vagos y maleantes de nuevo, como esa de que los manifestantes son terroristas. Estos vienen a limpiarte las calles.
-          Ah, que ahora trabajan en el Shervicio de Limpieza.
-          Anda Mariano, volvamos a casa. Pero menos mal que soy un espíritu y podemos volver en una nube, porque en Iberia va a ser difícil, como la están desmantelado los British (mira hablo como tu con la sh) y en metro, casi mejor andando. Y ni se te ocurra ir al Super, que te clavan con el dichoso IVA, que para comprar pollo ahora hay que pagar hasta el pienso que se comió.

Regresaron a Moncloa y Zapatero se esfumó entre nubes. Se arrebujó entre las sábanas de nuevo y quiso dormir, pero por algo no podía conciliar el sueño. Fue entonces cuando apareció un hombre con barba entre un halo de luz.



-          A ti shí te conozco. Tú eresh Alfredo ¿verdad?

Alfredo Perez Rubalcaba asintió pero no dijo nada.  Se limitó a tender la mano.

-          ¿Eresh también un eshpíritu? – Alfredo asintió -. El “Eshpíritu de lash Navidadesh Futurash” a que shí. Lo shabía. Shoy un hacha.

Alfredo volvió a tenderle una mano y a hacer un gesto con la cabeza para que le siguiera.

-          Pero porqué no me hablash. Qué te he hecho yo. – el espíritu se encogió de hombros -. Ya, no hablash para no cagarla. O para dejar que me eshcogorcie y recoger tú losh pedazosh. Que zorrón eresh, Alfredo. Shi parecesh a mí en 2011, ladrón. Como hash aprendido de un maeshtro, eh.

Alfredo estaba ya un poco harto y cogió a Mariano de la mano. La habitación volvió a desaparecer ante sus ojos y en su lugar apareció en una Puerta del Sol vacía.

-          Pero qué esh eshto. En Navidad y nadie por lash callesh. ¿Hay una huelga o esh que dan el menshaje de Shu Majeshtad y la gente ha decidido por fin verlo? – Alfredo negó y le señaló a un hombre que pasaba por allí arrastrando los pies -. Dígame buen hombre, en qué año eshtamosh y dónde eshtá la gente.
-          Parece usted un poco lelo – dijo el hombre arrugando la frente para verlo mejor – Estamos en 2015 hombre. Y la gente… pues la gente. No sé donde andará.
-          Pero, cuénteme, que ha shido de Eshpaña en eshtosh últimosh añosh.
-          Pues verá, como veo que anda usted un poco despistado le haré un resumen. ¿Ve usted eso que antes era el edificio de la Comunidad de Madrid? Pues ahora es el Banco de España. Es el único que existe, porque compró a todos los demás para asumir sus deudas. En el edificio del Ayuntamiento ahora hay una iglesia, es de las únicas entidades que ha ganado dinero. Por cierto, ahora dan allí las pautas para vivir como Dios manda. Y eso que ellos deben saberlo bien porque viven como Dios.
-          Pero ¿Y la gente?
-          Pues verá ¿recuerda usted aquel programa de televisión “Españoles por el mundo”? pues bien, ahora hay uno que se llama “Españoles por España”. En él salen los pocos españoles que han quedado aquí. Les preguntan por su vida y como sobreviven. Es para que lo vean sus familiares que están repartidos por Alemania, Bélgica, Canadá y Laponia. El resto, los que nos quedamos aquí sobrevivimos como podemos, aguantando lo que quieran hacer con nosotros.
-          Vaya, ¿y hablando de Alemania, qué fue de Ángela Merkel? – dijo con un suspiro ahogado.
-          Llegaron las elecciones en Alemania y la mandaron a tomar por culo, lo que nosotros no fuimos capaces de hacer aquí.
-          Y dice usted que el Edificio de la comunidad es un banco ¿y dónde está ahora la Asamblea de Madrid?
-          Pues como el resto de Juntas, Xuntas y Generalitats… se fueron al garete cuando fueron quitándoles funciones. Eran un fracaso es cierto, pero ahora el Goboerno Central lo manda todo como quiere. Ya Andalucía no es la rebelde autonómica que fue. Ahora allí gobierna como un califa, por fin, Javier Arenas. Todos sumisos.
-          ¡No me diga! Pero Cataluña, ¿Cómo ha permitido?...
-          Ah no, Cataluña se independizó.
-          ¡Qué me dices! ¿Y el Gobierno lo permitió? Que catástrofe.
-          Bueno el Gobierno se vio acojonado por los militares retirados de bigotito canoso de lápiz que querían llenar la Plaza de Catalunya de tanques, como en Chile. Y por Intereconomía, El Mundo y La Razón entre otras, que se llevaron seis meses como profetas del fin del mundo. Al final consiguieron que les dejasen administrar su Hacienda Pública, (que era lo que querían) pero cuando decidieron cerrar las Comunidades Autónomas, viendo que no iba a pasar nada (menos mal) se independizaron. Todo dios allí se puso a brincar como si fuera San Fermín. Ahora se han dado cuenta que todo sigue igual. Todo privatizado y los ricos llevándoselo todo calentito, que son los mismos que antes tenían el monopolio en España. Además, como todo lo importaban de España que era el único país con quien tenían acuerdos comerciales y era el único país que les compraban productos, pues como en España todo se fue a la mierda, Catalunya se fue a la mierda también. Eso sí, cayó encima de España y amortiguó un poco el golpe. Pero vamos, también hay “Catalans per Catalunya” en la tele. Allí no vive nadie tampoco.
-          Pero el nuevo gobierno, ¿no hace nada?
-          Esa es otra, el nuevo Gobierno es el mismo 4 años más. Verá, resulta que aquí solo quedaron los 10 millones de votantes del PP y los que no pudimos huir, que además nos importa todo un cojón y pasamos de ir a votar. Porque resulta que estamos en contra del sistema electoral y pasamos de dar el voto a nadie. Así que salió, esta vez con el 100% de votos. Lo malo es que no creo que se vuelvan a presentar en 2019.
-          ¿Y esho?
-          Porque ya no hay nada que privatizar ni que robar amigo. Por cierto, que se parece usted un montón al presi.
-          Ya, ya. Me lo dicen mucho shí. Ejem… ¿y aquí no había un colegio?
-          Había. Ahora es un chino, pero lleva dos años cerrado. Los colegios y los hospitales fueron vendidos a empresas de cuñados y hermanos de los mandamases, ¿sabe usted? Quedó alguno público que, la verdad, daba asco ir. La gente se iba muriendo por los pasillos, que parecía Beirut. Y como las farmacias eran lo más parecido al “Rincón del Gourmet”, pues aunque te recetaran no podías ir a comprarlo. O sea, que o te morías sin ir al médico por no poder pagarlo o te morías después comprando medicinas caducadas a bajo coste. Y como los niños ya no quieren ser ni príncipes ni albañiles, pues cerraron las universidades que no eran privadas. También, no vaya usted a pensar, cerraron los comercios. La gente no podía comprar nada. Empezaron a comerse las cosas caducadas haciendo caso al Ministro de Agricultura. Cerraron bancos, televisiones, vamos, cerró todo. Por eso no hay nadie por las calles. Los que aun quedamos aquí o no tenemos con qué comprar, o no tenemos dónde comprar, o tienen tanto que lo compran fuera.
-          Pero claro, el ZP lo dejó todo tan jodidamente mal… la crishish… la…
-          Laquesemurioenlaguerra… Zapatero lo hizo jodidamente mal, es cierto, pero lo de la crisis es una puta patraña para trincarse todo lo trincable y alimentar a los ricos con los despojos de lo público que habíamos pagado entre todos. Se cargaron la Democracia antes de que se hiciera una madurita interesante. Nos quisieron devolver a la época de Franco. Vamos que mientras en “Cuéntame” ya iban por el 2000, en la calle parecía que estábamos en los 50.  Ahora parece que estamos el día después de acabada la Guerra Civil.
-          Bueno buen hombre, le dejo. Que le vaya a ushted bien.
-          Gracias. Por cierto, ¿tendría usted un cigarrito? Es que hace un año que no fumo.
-          Ah, ¿lo eshtaba dejando?
-          No, es que no hay ni estancos ya. Además, no tengo un euro. Llevo 2 años parado. Antes era juez, pero como no hay quien pagara las tasas.
-          Mmmm… no fumo, lo shiento. Oiga, qué fue del Rey… shupongo que shigue entre noshotrosh, no.
-          Pues resulta que cogió lo que tenía en una cuenta en Suiza y se fue al Caribe. Le dejó al hijo todo el pastel. El yerno fue condenado a 130 años por chorizo pero un indulto lo sacó de la carcel junto a todos los imputados por el caso Palma Arena, el Gürtel y otros pocos más. Socialistas y peperos hicieron un acuerdo para que no se pudiera investigar más a ediles y políticos. Como tenían la mayoría en el Parlamento, salió adelante. El nuevo rey Felipe VI vive ahora en Roma con su madre, está divorciado y cobra seguros. En fin, me marcho que se hace tarde.
-          Vaya ushted con Diosh.


Alfredo, el espíritu que hasta entonces había permanecido callado, le tomó de la mano y le llevó por un manto de nubes de nuevo a su dormitorio. Una vez allí desapareció. Mariano se estremeció en su cama. Ya era casi de día. Era la mañana de Navidad. Pensó que tenía que hacer algo para evitar todo lo que había vivido aquella noche. El descalabro del país, la debacle de la nación, el precipicio de España. Se levantó y se vistió. Repasó mentalmente todo lo que iba a decir esa mañana en rueda de prensa especial. Mantendría la Sanidad y la Educación Publicas, impondría una tasa a los bancos y los regularía para que no pudiesen especular con las hipotecas y defraudar con las preferentes. Pensó también subir los impuestos de lujo y bajar el IVA de los productos más necesarios. Emitiría una ley para que los bancos intervenidos pudieran dar créditos a los emprendedores. Rebajaría los impuestos de actividades económicas. Reflotaría la compra de vivienda a bajo precio y sacaría a la venta a precios populares los pisos del banco malo. Llamaría a Ángela Merkel y en un perfecto alemán (con un traductor) la mandaría al carajo sin contemplaciones. Impulsaría la economía y eliminaría las duplicidades en las administraciones. Relanzaría la imagen de España y…

“ringggggg, ringgggg” – sonó el telefono.

-          ¿Shíiiiiii? – dijo en tono alegre con las fuerzas renovadas y el espíritu navideño iluminandole el rostro – Al habla Mariano I el benefactorrrrrr…
-          Veste a la mierrrda Mariano. Soy Josemari. Me ha llamado Monseñor Rouco, dice que ha tenido un sueño esta noche en que se le ha presentado Benedicto XIV. Dice que le ha dicho que has pensado no sé qué de hacer tonterias…


-          Ehm… verásh Joshemari. Esh que la cosha eshtá muy jodida y había penshao que…
-          Ni pensao ni ostias… tú a obedecer a la FAES, al FMI y a la Conferencia Episcopal. Que te lo tengo dicho Mariano, que sorpresitas nanai, que de ir por libre nanai… mira que te mando de registrador de la propiedad a las Chafarinas.
-          Vale Joshe, vale… me quedo en cashita como me dijishte. Venga, feliz Navidad y esho. ¡Viva el vino!
-          Chao Mariano.

Y Mariano se preparó para dar el discurso del balance del año. Todo debía aparecer como decía Josemari. “España va bien, no hemos tenido más remedio, esto es por lo que nos dejaron los de antes y te mato porque te quiero”.

Los cuentos, no siempre acaban bien.


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