martes, 31 de julio de 2012

Machismo en la R.A.E.

El lenguaje es machista y no las palabras. Cuando decimos "Todos somos españoles" no estamos olvidando a las españolas por supuesto, es solo economía del lenguaje y todo el mundo sabe que se engloba a los dos generos. El lenguaje es machista (o feminista, que para el caso es igual de ofensivo) cuando se recurre al tan traido "mujer tenias que ser" de nuestros padres cuando una conductora se le saltaba un ceda el paso. Si lo hacia un señor con bigote, directamente te cagabas en su padre.
Pero igual de ofensivo es el también traido "¡hombressss!" o el típico "que poco caballero eres". A ningún hombre le ofende que le llamen oficinista, niñera, artista (que sí, es neutro pero acaba en "a" como pediatra, periodista, electricista)limpiabotas, y multitud de oficios acabados en "ista" o en "a". Sencillamente porque la finalizacion de una palabra en a o en o no da el genero en todos los casos. Mi médico es una señora muy señora, y lo sé sin siquiera entrar en la consulta. Por su nombre de pila. Y una vez que entro, el hecho de llamarla médico no le quita un ápice de feminidad. Mi vecino que trabaja "la electricidad" y se autodenomina "electricista" no es menos hombre por trabajar en un oficio con genero femenino. Son estupideces.
El hecho de que la prostitución tenga cientos de apelativos no es sino una muestra clara de que existe desde hace milenios. El que a una prostituta se le llame zorra no tiene más connotación peyorativa que la que le quiera dar el que la suelta. La zorra o zorro, que de las dos maneras se le puede llamar, hurta en el gallinero, como la prostituta hurtaba en el bolsillo del desaprensivo de turno, de ahí el nombre. Existe en el hombre el mismo numero de apelativos despectivos. Cabrón, maricón, bujarrón, cerdo. Todos igual de indignantes. Para insultar a otro u otra, no es necesario el sexismo ni el machismo, solo la imaginación y buenas dosis de mala leche. La mujer de mala vida era aquella que se dedicaba a la prostitución, en detrimento de la dulce esposa casta y fiel, como el hombre de mala vida era quel que se dedicaba al pillaje y a frecuentar contubernios indecentes, en contra de aquel esposo casto y fiel. La puta y el granuja tienen ambos un sentido igual de indigno. Si la mujer ha sido tratada como un ser inferior, la principal culpable fue la propia mujer, y así lo vemos en los paises musulmanes y latinos, donde la educación, como antaño, como siempre diría yo, se impartió dentro del hogar, por mujeres. Estas dieron a sus hijos el rol de machos poderosos y a ellas el de sumisas hembras. En cuanto la mujer cambia su pensamiento, inculca en sus hijos roles diferentes y comienza a cambiar la sociedad. Hay que ir dejandonos de pamplinas que nos llevan solo al dialogo de "galgos o podencos" y tomar lo importante que es la educación y el respeto.
El feminismo es un machismo a la inversa. Atacar todo lo que se suponga masculino o masculinizante, para aplastarlo y primitivizarlo. Es luchar contra el fuego con dinamita, al final sólo logras rencor y odios. Claro que si lo que pretendes es que la mujer asuma el poder absoluto como antaño lo tuvo el hombre, esa es otra cuestión y se llama venganza, no justicia.

Tan obsceno como la "paridad" (tan manoseada en la época de Zapatero) disfrazandola de igualdad. O la creación de: ministerio de la mujer, secretaria de la mujer, concejal de la mujer, sindicato de la mujer, casa de la mujer, gilipolleces de la mujer.

La paridad es una injusticia tan anormal como el sexismo.
Ejemplo: Si soy empresario y tengo que cubrir 10 puestos de trabajo, escogería a los más cualificados, sean hombres o mujeres. Se me presentan 16 interesados y como buena persona interesado en los problemas actuales abogo por la paridad. De los 16, hay 8 hombres y 8 mujeres totalmente preparados para el puesto. Tras un exámen de aptitud me surge la duda. Resulta que 7 hombres son ideales para cubrir el puesto y 4 de las mujeres, son fantasticas, casi mejor que los hombres. El resto simplemente son aceptables, incluso el hombre restante es inferior a las mujeres en cuanto a aptitudes para el puesto.
Ahora bien, como soy moderno y en mi empresa es incuestionable la paridad, entran los cinco mejores hombres, quedando dos en la calle, y entran las cuatro mujeres mejores y una de las que no aceptaría ni para mensajero. Pero debe haber paridad... si entrasen 6 hombres y 4 mujeres, sería un machista. ¿Justo? no, imbecil.

Respecto a lo de las administraciones creadas por y para la mujer, sin entrar en la cuestión de que son creadas para enchufar a la prima o la hermana , o la esposa o hija del concejal de turno o el Delegado autonómico al que se le debe un favor, es una clara paradoja. Queremos igualdad e integración, pero para ello creo una administración paralela y "solo y exclusivamente" para mujeres. No sé, quizás sea un poco retrógrado, pero, a mi me parece que cuando necesitas crear un club exclusivista es porque no quieres mezclarte con los que estan fuera.
La lucha es para que no hayan diferencias entre hombres y mujeres, no para que el ascua esté en mi sardina y no en la tuya.

42 comentarios:

Jota dijo...

He tenido que llegarme hasta tu blog, para poder contestarte por que no tienes habilitada esta opción en el correo, me he quedado de piedra, mientras miraba mis correo mañaneros, cuando a entrado el tuyo, y además, de un post que puse en marzo, en fin, que tienes razón en todo lo que has puesto, sobre todo en lo del "enchufe" de primas o hermanas, no te puedes hacer idea a nivel local, como está ese tema, y ahora se quejan de que no hay dinero, que estaría dándoles de tortas, hasta la extenuación.( y eso que no soy violenta).
Pero es que esta sociedad es así de boba y de pánfila, el otro día sin ir mas lejos, al ir a comprar unos libros a una tienda de segunda mano y preguntar si había más de los que ofertaban en el escaparate, la empleada me espetó " las novelas rosas las tienes en ese estante" dando por echo, que como mujer, adulta y quizás del tipo "marujil", a mi me pirrian esa clase de novelas, cosa que me molestó bastante la verdad, por esa regla de tres yo a ella le hubiese enseñado el estante de " Teo va al zoo" por el nivel cultural que seguramente tenía. Y es que como tu dices, la mujer, es el mayor obstáculo para la igualdad, " mira como va fulana, que parece una iden" - Eso es trabajo de hombres, pareces un mari-macho.
_ Con esa actitud no encuentras novio.
Y mil monsergas mas que he tenido que escuchar a lo largo de mi vida de mi propia madre.
Pero espero que poco a poco la cosa cambie, aunque no las tengo todas conmigo.
Gracias por el comentario, me quedo por aquí. que pases un feliz día.

El Mago indignado de Oz dijo...

Querido amigo, sólo una corrección: "electricista" no es una palabra femenina, pertenece a las neutras a pesar de la terminación en "a". Con esto, no pretendo ni mucho menos echar por tierra tu análisis, más bien reforzarlo: el machismo imperante en el lenguaje es tal que el principio de economía del lenguaje se basa en el masculino genérico (para incluir ambos sexos) y las palabras neutras, denostando el género femenino. Asimismo, apoyo tu comentario y el de Jota sobre el obstáculo de la propia mujer en la igualdad de la mujer. Mientras no normalicemos las cosas, no serán normales. Aún nos sorprende que una mujer trabaje en la construcción o ingrese en el ejército. O aún la llamamos "zorra" para ofenderla sin necesidad de que se dedique a ese oficio tan antiguo. Pero es como pasa con el colectivo gay o con el color de la piel; mientras no dejemos de darle importancia a que sea blanco, negro, a cuadros o que sea gay, bisexual, lesbiana o le gusten las judías con chorizo (entiéndeme la exageración, no lograremos que el resto lo haga. Amigo mío, como siempre, es un placer saludarte.

Uladh dijo...

Gracias a ambos por el comentario. Precisamente lo de la a en electricista se que es neutro, pero quería indicar que si la o se considera masculina, la a se podría considerar femenina por la misma regla estúpida. Aquí nos la estamos cogiendo con papel de fumar en tonterías dejando cosas verdaderamente importantes. A vosotros sí que es un placer saludaros. Y bienvenidos a mi casa.

Eliana P.C. dijo...

Uladh, puede molestarte, pero tendrás que convenir que la mujer se tiene que hacer un espacio, y el hombre es capaz de no ceder un ápice si no es por la fuerza. Porque el hombre, Homo sapiens, es así: la letra con sangre entra. Y a la mujer ya se la sometió durante siglos, es lógico que la primera rebelión sea con fuerza. Los españoles (hombres y mujeres) son demasiado tranquilos, en el contexto de mi país es más entendible, pero es así.

Uladh dijo...

Bueno Eli,admito que para ocupar el sitio primero haya que dar un empujón para quitar al que lo ocupa. Pero luego hay que darse cuenta de que la barca no avanza remando cada uno a un ritmo, ni en direcciones opuestas. Hay que tratar de llegar al consenso y remar al unísono. Vale, todo llegará y estamos aun al principio. Que no llevamos cien años de emancipación de la mujer y en algunos sitios ni eso existe. Para finalizar, un apunte: Igualdad sí, pero la basura la sigo bajando yo al portal...jummm ;-)

Mali dijo...

vaya, iba a escribir un tocho de mil demonios (o demonias), pero creo que no se iba a entender. Solo pido Paciencia. Ni justicia, ni venganza. No podemos pretender que en una generación se erradique el machismo, cuando todavía en muchas casas del llamado primer mundo, las mujeres ponen la mesa y sirven la comida a sus padres y hermanos, o cuando la norma es , al mismo trabajo, sueldo inferior.

Uladh dijo...

Pues sí. Pero el caso se vuelve más patético cuando es la propia madre/mujer, sin nadie que la obligue, la que hace que el nene se levante de la cama o la mesa sin hacerla/limpiarla/recogerla, porque para eso están ellas o las hermanitas. El problema es cuando creamos emperadores y luego los criticamos y queremos derribarlos. Como dije anteriormente, el principio de todo es educación y respeto, y eso se consigue en casa.

Mali dijo...

No es patético Uladh, es penoso, esas mujeres llevan cientos de años de sociedad machista a sus espaldas y algo pesa. Estamos cambiando muy poquito a poco, pero algo cambia, y lamentablemente para eso todavía se necesita ayuda, pequeños empujoncitos en todos los ámbitos, en casa, pero también en la empresa, en la política...
y feminismo, no es machismo a la inversa, creo que en esa frase, erras.
(a mi es que este tema me subleva...)
un abrazo...

Sonia dijo...

El tema del lenguaje no es obviamente el primer paso, ni lo más relevante, pero sigue siendo algo importante por muchas cuestiones. Lo primero, es que lo más natural y obvio, lo que pasa desapercibido y no se cuestiona, suele ser lo más problemático de las situaciones sociales, y suele ser fruto de las relaciones de poder, fruto de la historia, que parece que no tenemos memoria y que el mundo empezó ayer. Las cosas no son porque sí, nada es casual ni accidental, y las mujeres han estado oprimidas a lo largo de la historia y a lo ancho de las culturas y civilizaciones. Cuando se empezó a hablar del sufragio universal, se refería este al derecho al voto de todos los ciudadanos adultos, independientemente de su raza o condición social, pero salvo en EEUU y en Sudáfrica, en la mayoría de los países el sufragio llamado universal no incluía el voto de las mujeres y sin embargo era llamado así, porque lo universal era el hombre, lo masculino; y las mujeres, han sido lo otro, lo opuesto, lo que no era el hombre. Hay muchos ejemplos de ésto como el tan utilizado "a lo largo de la historia del hombre..." para referirse a la humanidad...si hay un concepto verdaderamente neutro, como puede ser el de "humanidad", ¿por qué utlizar "el hombre" que de neutro tiene bien poquito? Una cosa es la "o" o la "a" otra cosa son los artículos que se utilicen y otra cosa es la ambigüedad de lo que se considera neutro, porque "le dije" es neutro, pero "todos" no lo es, como ni mucho menos lo es "chicos" u "hombre". Y a esto viene lo siguiente.

Sonia dijo...

Sobre los ejemplos que has puesto, no es el simple hecho de que una palabra acabe en "o" o en "a", eso es reduccionista y no es la raíz de la cuestión. Como han dicho en un comentario, "el electricista" no es femenino, como tampoco lo es "el jurista" o "el artista" o "el taxista" etc, etc, aunque acabe en "a". No, no es esa la cuestión. Así, la raíz de la cuestión es ser consciente de que el lenguaje es un producto no accidental de la historia y de las relaciones de poder. En la política, por ejemplo, es muy importante cómo nombres las cosas, porque tanto la capacidad para nombrar algo como la manera en que algo es nombrado te da poder sobre la situación y dice mucho sobre el contexto en el que se utiliza dicho lenguaje, pongámonos en uno de tantos casos: Palestinos mueren a manos de francotiradores, o por un cohete F-16, o agonizando bajo los escombros de un edificio derribado, o arbitrariamente por el fuego de los tanques, o en las mesas de tortura de una prisión israelí, o lentamente por malnutrición, o malviviendo con miedo a mirar al cielo abierto o bajo la mirada de francotiradores...¿sabes cómo lo llamo yo? GENOCIDIO ¿sabes como "se llama"? "ocupación", "toque de queda", "ataque preventivo", "detención administrativa" y un montón de tecnicismos más. Pero podemos pensar simplemente en la manera de concebir la vida, las relaciones y su vínculo con el lenguaje. En España por lo menos tenemos muy clara la diferencia entre "SER feliz" y "ESTAR feliz", sabemos que no es lo mismo y que la diferencia es muy importante, pero en los lugares de habla inglesa se dice "I'm happy" y seguramente también conciban la diferencia, pero no les basta con cambiar un verbo para exteriorizarlo. En una tribu de la civilización maya, para decir "yo les dije" ellos dicen "yo les dije, ellos escucharon" porque no conciben un sujeto ni objeto pasivos, sino que todas las partes son activas, utilizan por ello un lenguaje intersubjetivo. Esta misma tribu resuelve los problemas en conjunto, como ocurrió cuando un antropólogo occidental les hizo un examen a su petición, y todos se unieron para resolverlo. ¿Es casualidad? No. Su manera de vivir intersubjetivamente está estrechamente ligada a su lenguaje intersubjetivo.

Sonia dijo...

Pero si todo esto no es suficiente, si la historia y el poder no son importantes para definir un contexto y así poder cambiarlo, podemos simplificarlo aún más. Podemos ignorar el pasado y fijarnos en el presente y en las situaciones más sencillas y cotidianas (pero realmente problemáticas). ¿Qué pasa cuando estoy en un bar con 5 amigas y dos amigos? que el camarero nos dice "¿Qué vais a tomar chicos?" pero la cosa no cambia si somos 7 amigas y un chico porque dicen exactamente lo mismo, y ante mi cuestionamiento cuando les digo "¡chicas!" dicen "bueno....chicas y chicos (aunque sólo haya un sólo chico). De hecho, ante esta situación los chicos se ofenden, siempre. Ya no es que seamos 3 chicas y 4 chicos y se nos llame chicos, o se hable de todos, y tenga que ser normal porque parece que "chicos" y "todos" es neutro...sino que aun cuando haya un sólo chico en el grupo, no se podrá utilizar el femenino chicas o todas...no, porque se (os) ofenden (ofendeis). ¿Es raro no? ¿no tiene mucho sentido verdad? Igual para entenderlo lo que tenéis que hacer es poneros en esa situación o vivirlo; imagina que, como a nosotras siempre nos pasa, estuvieran 3 tíos y 6 tías en un bar y se les dijera "¿Qué quieren tomar, señoras? sería bastante chocante y creo que a ellos no les gustaría, quizá hasta sería insultante...qué curioso ¿no? Es cuando realmente nos damos cuenta de que si bien el lenguaje no lo es todo ni cambiarlo será suficiente, es importante, sobre todo, porque dice mucho del contexto y de la situación de hombres y mujeres.

Sonia dijo...

Por otro lado, creo que cometes un error enorme, fruto de la ignorancia (en el sentido del desconocimiento, no como insulto), cuando equiparas el machismo al feminismo. El machismo es la opresión de las mujeres, generalmente por parte de hombres. El machismo ha llevado a que las mujeres no puedan votar en ciertos lugares, a que no puedan ir con hombres en otros, a que existan manuales sobre la "buena esposa" (hace tan sólo 50 años) como aquella mujer sumisa y al servicio absoluto del hombre, a que millones de mujeres hayan muerto a manos de sus maridos o parejas, a que otros tantos millones hayan sido violadas por enfermos degenerados machistas, a que las leyes sean una mierda, a que esto siga ocurriendo y a un largo y doloroso etcétera. El feminismo es un movimiento e ideología social y político que aboga, en principio, por la igualdad entre hombres y mujeres, (luego surgiría la aceptación de la diferencia entre hombres y mujeres pero la defensa de que ésto no se convirtiera en desigualdad). Todavía no ha muerto nadie en nombre del feminismo y lo que es más, es el movimiento más pacífico que ha existido a lo largo de la historia. Empezó en los 60-70 y desde entonces ha habido muchas líneas y evoluciones, incluso críticas de las mujeres negras hacia un feminismo etnocentrista de las clases blancas privilegiadas, pues si una mujer está en condición de inferioridad, no te digo nada si ésta es negra o anciana., doble opresión. Así ha existido el feminismo liberal, el feminismo social, el feminismo radical, el feminismo transversal...y sigue autocriticandose y evolucionando hacia otras formas (te recomendaría que te informaras sobre esta compleja realidad antes de simplificarlo y aventurarte a equipararlo a algo tan duro y doloroso como es el machismo). Si quieres hablar de las situaciones (minoritarias) en que una mujer se siente superior a un hombre, por favor, habla con propiedad, llámalo hembrismo. Y ojo, soy la primera que piensa que el ministerio de la mujer no sirve para nada, no porque no sea necesario sino porque desde la clase política no interesa y va a ser una tapadera, obviamente, pero a eso ya iré después.

Sonia dijo...

Por último, el polémico tema del machismo, el hembrismo, el feminismo, el sexismo, el patriarcado...creo que se utilizan muy a la ligera y hay diferencias entre todos estos términos que es necesario remarcar. Cuando hablas de los insultos por ejemplo y te refieres a "maricón" son muchas cosas las que me vienen a la cabeza. Para empezar un maricón es un homosexual, un gay, que "casualmente" ha estado también reprimido a lo largo de la historia, así pues, que sea considerado un insulto para los hombres, de nuevo no es casualidad. Por otro lado, cuando hablamos del patriarcado nos referimos a aquel sistema en el que ha prevalecido la autoridad del hombre y el dominio de este sobre las mujeres. Por supuesto que el patriarcado, al igual que el machismo, nos hace daño a nosotras pero también a vosotros. ¿por qué tengo que ser femenina, ponerme falda, caminar ligera, buscar atraer miradas, practicar gimnasia rítmica, vestirme de rosa o de tonos pastel, parecer una histérica o una llorona, conducir peor que los hombres, ser el sexo débil? precisamente por lo mismo que vosotros tenéis que ser fuertes, salir a defendernos, mostraros dominantes, no llorar, jugar al fútbol o hacer boxeo, saludaros con un fuerte estrechón de manos o consolaros con una mano en el hombro...Porque socialmente y a lo largo de la historia se ha ido estableciendo así, y ni lo uno ni lo otro es justo ni natural, sino que son construcciones sociales muy arraigadas e interiorizadas a día de hoy, muy difíciles de cambiar, incluso de cuestionar o desnaturalizar. Y si esto es así, es obvio que también nosotras estemos impregnadas de valores machistas, pues lo hemos mamado de nuestros padres, madres y hermanos, lo hemos interiorizado desde una posición inferior que hemos acabado normalizando y asimilando. De esta forma lo hacemos cuando asumimos que el cuidado de la familia y el hogar corre a nuestro cargo, que este es nuestro espacio y no otro, hacer toda la casa cada día y perder cada mañana en ello, sin que ésto sea reconocido. ¿Que la mujer ahora trabaja? Sí, cada vez más mujeres se incorporan al mercado laboral, esto es innegable, pero mayormente los cuidados siguen corriendo a nuestro cargo (no por ello ignoro la cantidad de hombres que asumen los cuidados del hogar y de los hijos), como también es innegable que las condiciones laborales de las mujeres son peores que las de los hombres, a menos a grandes rasgos y aunque esto esté empezando a cambiar. Al igual que nosotras expresamos el machismo interiorizado cuando asumimos nuestro rol sumiso, también lo hacemos cuando os exigimos el rol dominante o responsable del sustento económico, por ejemplo, o de la figura paternalista y fuerte que nos cuida y nos protege.

Sonia dijo...

Sí, también nosotras estamos impregnadas; sí, a vosotros también os afecta, pero nadie que no sea un retrógado o un verdadero machista podrá negar que las verdaderamente oprimidas a lo largo de la historia, han sido las mujeres. Por eso, de ahí a decir que la culpa de nuestra opresión es nuestra, me parece aventurado, ignorante, injusto, insultante y muy poco reflexionado. Cuando recibes una educación en casa, en el colegio, en la televisión y en todo tipo de elementos socializadores, estos agentes externos se convierten en elementos internos muy difíciles de cuestionar, pues te has criado en estos valores y desarrollado en lo que la mayoría de la población quiere que seas; pues todo lo que ves y oyes te dice que es natural, que somos así genéticamente y que esta es la conducta propia, porque incluso en lo más aparentemente natural, somos producto de un patrón, porque si no encajas en el ideal femenino se dirá que eres marimacho, o no eres una mujer. Por ejemplo, vosotros tenéis gran cantidad de pelo en todo el cuerpo, y me imagino que llevaréis una higiene adecuada, nadie se cuestiona si eres un guarro o no por tener pelo en todo el cuerpo. Pero nosotras, que nos desarrollamos de la misma forma, estamos condenadas y obligadas a probar con la cera, maquinilla eléctrica, cuchilla, pinzas, decoloración cuando no eres más que una cría, hasta encontrar un método que te permita no basar tu día a día en esto y no tener heridas o quistes por una depilación que tu cuerpo rechaza (y esto ocurre a menudo, y si no, pregunta a tus amigas o familiares por los típicos pelos que salen para dentro, a ver que te cuentan). Pero no atrevas a aceptarte tal como eres, porque no ligarás, porque serás una guarra y una marimacho, porque al parecer, esto no es lo normal. Este es solo un ejemplo de cómo la mayoría de las mujeres no se conciben a sí mismas como son sino como deben ser.

Sonia dijo...

Y todos estos apuntes sobre nuestra interiorización del machismo no quieren decir, ni mucho menos, que ahora seamos más machistas que vosotros, ni debería usarse de excusa para mantenerlo, pues como he dicho anteriormente y sólo un retrógado machista lo negaría, hemos sido las más oprimidas a lo largo de la vida, y no existe un sólo período de la historia en el que el hombre haya sido oprimido. He hecho estos apuntes para que veas que no pretendemos una venganza (pues lo has dicho tú y no nosotras), entre otras cosas porque vosotros también sois víctimas de este sistema patriarcal, pero sobre todo, para remarcar lo intolerable que me parece considerar que la culpa de nuestra opresión es nuestra. Nuestra historia, la de unas mujeres que nunca han tenido un espacio propio salvo el hogar (y tampoco) es muy diferente de vuestra historia, que ha sido la de pintores, músicos, artistas en general, médicos, escritores, investigadores, políticos, trabajadores y demás que han dominado todas las esferas y no han dejado espacio para las mujeres. No es que no hubiera mujeres pintoras, no es que no hubiera científicas o escritoras, sino que estas eran invisibilizadas y negadas. Así, al igual que la historia la escriben los vencedores, son los hombres los que han hecho la sociedad (junto a la intrínseca opresión y correspondiente sumisión de las mujeres), y por eso la sociedad está hecha para los hombres. Aunque como he ejemplificado suponga cierta opresión para vosotros, los privilegios los habéis tenido vosotros siempre y la opresión que hemos sufrido es bien distinta a la vuestra, nuestra realidad ha sido y es bien distinta.

Sonia dijo...

Por eso, quizá tengamos que empezar por cuestionar lo normalizado (que es normativo) por cuestionar nuestro propio género, nuestras opresiones sufridas y nuestras exigencias dirigidas al otro género, todo lo que esto conlleva, romper con los esquemas establecidos, conocer la historia, aceptar que jamás habéis vivido la realidad de las mujeres al igual que nosotros jamás hemos vivido vuestra realidad (por eso quizá a veces haya espacios no mixtos u organismos sólo para mujeres, lo cual no me parece ni vengativo ni injusto) y que podréis cuestionar cualquier cosa pero jamás nuestra realidad vivida. Y entonces, si cada género se deconstruye y se reconstruye aceptando que hay diferencias tanto géneticas como sociales (la lucha no consiste en eliminar las diferencias entre hombres y mujeres) pero que esto no justifica la opresión sufrida ni tiene que devenir en desigualdad, sólo entonces podremos caminar juntos y en armonía. El problema es que enseguida muchos hombres se sienten ofendidos ante situaciones como la que nombré del lenguaje, el problema es que muchos hombres no quieren perder sus privilegios, el problema es que la interiorización y aceptación que incluso las mujeres maltratadas tienen (por eso lo que has dicho de la culpabilidad es igual de violento y retrógado que decir que la culpa de las mujeres maltratadas es de ellas por seguir con el maltratador) son muy difíciles de eliminar. Miremos más allá de nuestras acorazadas creencias interiorizadas, cuestionémoslas, reconozcamos la opresión, luchemos y avancemos. Pero dejemos de criticar lo que sólo tiene como objetivo poner las cosas sobre la mesa y alcanzar la tan esperada y alejada igualdad, dejad de dirigir vuestras miradas hacia nosotras, y mirad dentro de vuestro cuerpo, que nosotras ya lo hacemos, por nuestra parte y, como has visto, por la vuestra. Como si no tuvieramos bastante con lo nuestro, como para encima hacernos cargo de lo vuestro y andar con cuidado al subir escalones por si os alcanzamos y nos convertimos en feminazis cuyo objetivo es destruir al hombre y todo lo "masculino". NO, no es justo ni real, es la respuesta ante que se os cuestione o se cuestionen vuestros privilegios, es una defensa a otra defensa que acabáis considerando ataque.

Uladh dijo...

Ante esta abrumadora contestación, no tengo más remedio que levantarme, inclinar mi cabeza y aplaudirte Sonia. No sé quien eres, quizá te conozca por otro nombre, pero te aseguro que me siento honrado con que hayas estado por aquí, hayas dejado esta enorme reflexión y hayas sido una de las pocas personas que me hayas dejado boquiabierto y sin poder de contestación. Tan abrumado me siento que tengo que releerte para poder contestarte, y te aseguro que no para rebatirte sino para añadirte.

Agradezco también a todas la chicas que han aportado algo tanto aquí como en Facebook. Lo principal es debatir el problema y aprender. Yo por mi parte sí que he aprendido. Espero que algún día los que nos gobiernan y sobre todo los que nos imparten justicia también aprendan que tan mala es la discriminación negativa, como la positiva, como la falta de valor a la hora de aplicar leyes justas, tanto en un lado como en otro de los géneros.

SadasK dijo...

Sonia, voy a tratar de responderte sin extenderme demasiado.

Lo primero de todo es sobre uno de los comentarios que hacía Uladh cuando se refiere a la responsabilidad que tienen las mujeres que educan con valores machistas a sus hijos e hijas. Yo no creo que la principal culpable sea la mujer, en este caso no podría utilizar términos de culpabilidad, aunque sí de responsabilidad, y jamás se me ocurriría compararlo con la violencia que es culpar a la mujer maltratada por no abandonar a su marido. Yo, personalmente, entiendo que el machismo y otras conductas y valores se inculcan desde la infancia, y se maman principalmente en casa (sí, también en la escuela, en la sociedad, etc. pero principalmente en casa). Si papá y mamá no son capaces de transmitir unos valores que fomenten la igualdad entre hombres y mujeres, es muy difícil que sus hijos cuando crezcan desarrollen esos valores como adultos, y no creo que el lenguaje inclusivo les haga cambiar de opinión. Según tu lógica, la típica ama de casa no tiene culpa porque esos valores los ha recibido en casa, en el colegio, en la televisión y en todo tipo de elementos socializadores, entonces el típico hombre machista y retrógrado no tiene culpa porque esos valores los ha recibido en casa, en el colegio, en la televisión y en todo tipo de elementos socializadores. Desde mi punto de vista la responsabilidad es de ambos, de nosotros pero también de vosotras, una mujer que quiera una sociedad más igualitaria debería empezar por inculcar a sus hijos esos valores, y por supuesto el padre también, pero en este caso es la madre la mayor interesada en que las cosas cambien. Otra cosa es la típica mujer felpudo, que no la culpo ni mucho menos, y que tristemente tiene asumido e interiorizado ese rol, y enseñará a sus hijas a limpiar, planchar, cocinar, etc. Los valores de una sociedad no son sólo las leyes, los políticos o el lenguaje, sino del conjunto de personas que la forman y la educación y valores que han recibido.

Pero el tema que nos ocupa, principalmente, es el lenguaje. Hablemos de ello. Me llama la atención que a lo largo de 8 comentarios lo mencionas mínimamente, y luego te vas por las ramas remontándote en el pasado al origen, la historia, las diversas formas de discriminación que ha sufrido y sufre la mujer hoy en día, etc. En la mayor parte de las cosas que nombras estoy totalmente de acuerdo (como lo estaría cualquiera que, como tú dices, no sea un machista retrógrado). En otras no, pero yo tengo otra forma pensar y considero que ciertas conductas que nombras y consideras que han sido establecidas así sociológicamente a lo largo de la historia no son tales y tienen un origen antropológico. Pero eso es sólo mi punto de vista.

Tú puedes elegir no ser femenina. Puedes elegir no llevar falda, no afeitarte, no ser delicada, hacerte culturista, dejarte crecer la barba o lo que más te apetezca y te haga más feliz. Eso es cosa tuya, y es tu cuerpo y tu vida. La cuestión es que vives en sociedad... y podemos tratar de cambiar la sociedad para que sea como a nosotros nos guste, y tal vez lo consigamos o no. Si tú quieres ser poco femenina, adelante, pero "no ligarás" (como tú dices) porque el porcentaje de chicos que se sentirán atraídos por ese estereotipo será mucho menor. Podrás cagarte en la sociedad, en lo poco tolerante, abierta o inclusiva que es, en los tópicos impuestos y en los estereotipos, pero creo que no tendrás derecho jamás a reclamar o a imponer que el chico que te guste te acepte "tal cual" si no es eso lo que busca. Y no, no tendrá la culpa la sociedad por haberle inculcado desde pequeño que eso es lo que tiene que gustarle o que eso es lo bonito. Podemos ser tolerantes, pero no veo lícito obligar a tragar con todo. Aquí a lo mejor no me he explicado muy bien, y además me he ido por las ramas.

SadasK dijo...

Volviendo al lenguaje inclusivo, dices: "Lo primero, es que lo más natural y obvio, lo que pasa desapercibido y no se cuestiona, suele ser lo más problemático de las situaciones sociales, y suele ser fruto de las relaciones de poder, fruto de la historia". Y ya. Luego lo nombras, por encima, pero ya está. Dices "lo primero", pero luego no hay segundo, ni tercero, ni cuarto, sólo divagas. ¿Por qué más cosas es importante el lenguaje inclusivo? No me hables de sus orígenes, de la historia, etc. Digo hoy, hoy en día. Qué cambia si introducimos eso.

Dices que suele ser lo más problemático de las relaciones sociales. Perdona, creo que no. Ahí estás introduciendo una valoración tuya muy personal. ¿Suele ser lo más problemático? Yo he visto y vivido miles de situaciones en relaciones sociales mucho más problemáticas e importantes que eso, que me parece nimio. Hablamos de una convención. Se utiliza el masculino neutro, sus razones históricas poco me importan (aunque no está de más conocerlas), pero no creo que nadie se sienta más macho cuando se dice "Todos" en lugar de "Todas". Ni tampoco la mayoría de las mujeres le dan importancia a eso. Sí, es algo normalizado, interiorizado, etc. Y vosotras, lo cuestionáis. Me parece perfecto, pero hay que ver si eso reporta más prejuicio o más beneficio. Esa gran problemática de las relaciones sociales suponen un problema para que la/el que quiere hacérselo. No es una provocación, no es una ofensa, no es un insulto, salvo que tú le quieras dar más importancia de la que tiene y estés especialmente sensibilizada con el tema. Problema es que la mujer cobre menos que el hombre por realizar la misma tarea y tener la misma cualificación. Problema es que se asuma que la mujer debe quedarse en el hogar cuidando de los hijos y limpiando. Problema es que se considere que la mujer es inferior que el hombre y que el hombre debe tomar las decisiones. Problema es el maltrato del hombre hacia la mujer y la pésima gestión y legislación sobre este asunto, que no solucionan el problema y que a veces consigan el efecto contrario, que algunas mujeres se aprovechen de ello. Problema es que existan mujeres machistas. Problema es que en los hogares se inculquen valores machistas y se convierta en un círculo vicioso. Problema no es: "¡Oh, dios mío, ha dicho TODOS, pero somos mayoría chicas, no es justo, me siento ultrajada!". Ahí, como en muchos otros temas, podemos buscar polémica si queremos, sólo hacen falta ganas de discutir. Es terriblemente fácil.

SadasK dijo...

Cuando es al revés, y se utiliza el femenino, y los chicos se ofenden. Ahí te recreas: "Qué raro, ¿no? ¡Qué sorpresa! ¿verdad". No, Sonia. No es raro, ni hay sorpresa. Se llama "connotaciones". La mayoría de las personas, hombres y mujeres, no se plantean eso (aunque te sorprenda) y simplemente utilizamos el masculino neutro. No porque seamos unos cerdos machistas, o unas mujeres sumisas que aceptan la superioridad del hombre. Es sorprendente, pero no tiene nada que ver. Es una convención, es lo nomral, aunque te jode que sea lo normal y que nadie se lo cuestione. Entonces llega lo diferente, y causa una disrupción. ¿Cómo, nosotras? ¿Nosotras, todas? Es una interferencia. Es como cuando leo "tod@s" o "todxs". Me chirría. Me resulta ridículo. Mucho más cuando se utiliza en cada frase, en cada ocasión en la que se presenta una palabra que tiene un género, y hay que poner los dos, o la @, o la x. Son ganas de dar por culo, ganas de que la gente lo acepte, lo use... Piensa una cosa. Tú tienes unas demandas, totalmente razonables, y tienes a toda la sociedad de tu lado. El machismo es malo, la mujer ha estado sometida y ninguneada durante mucho tiempo, gran parte de la culpa la tiene la Iglesia, aún hoy en sociedades islámicas la mujer es poco más que un objeto, hombres y mujeres deben tener las mismas oportunidades y ser tratados por igual, etc. Perfecto, todos coinciden, todos aplauden, todos y todas. Entonces dices, vamos a darle a esto una vuelta de tuerca, y vamos a empezar por cambiar el lenguaje para que incluya a todos y a todas, a ellas y a ellos, personas, animales, plantas y cosas, y todos seamos chupiguays. Y ahí resulta que no todo el mundo está de acuerdo... Bastante más gente de la que en un principio pensabas. Le parece superficial, le parece poco útil, le parece irrelevante, le parece un puto coñazo... Y oh, sopresa, ahora cuentas con menos aliados para tu causa (que es totalmente justa y lícita), e incluso empiezan a salirte detractores. Quizá algo anda mal... ¿no? O quizá piensas: "¡claro, es que mucho de boquilla, pero en el fondo son todos unos machistas!". O a lo mejor resulta que no es así, que sus valores son totalmente válidos, que abogan por la igualdad de hombres y mujeres, que condenan frontalmente las conductas machistas, retrógradas y discriminatorias, pero al mismo tiempo les parece absolutamente ridículo ese tipo de pamplinas progres. Eso no une, desune. Crispa, y mucho. Y si se trata de cambiar la sociedad, esa conducta es muy poco inteligente. Pero podéis seguir empeñadas en hacer vuestra guerra, porque vuestra causa es justa, y el lenguaje inclusivo va incluido en el paquete y eso NO es negociable. Vosotras mismas.

SadasK dijo...

Al final sí me he extendido. No puedo evitarlo.

Por último te dejo un artículo, donde se pone como ejemplo la Constitución de Venezuela como un mal uso del lenguaje, al alargar innecesariamente el texto para nombrar cada cargo en ambos (o ambas) géneros (o géneras):

http://www.eluniversal.com/nacional-y-politica/120304/ponen-a-la-constitucion-venezolana-como-ejemplo-de-mal-uso-del-lenguaj

En serio. Se trata de comodidad en el día a día, de economía del lenguaje. No es machismo. La disrupción que provocáis, el desencanto, la crispación, el rechazo, es demasiado alto a cambio de una absurdez. No vale ese precio, no es rentable, cuando tú misma afirmas que no es ni lo primero ni lo más importante. Me resulta muy poco válido que el origen de esto sí sea machista, y aún menos esgrimido como único argumento.

El lenguaje puede ser el reflejo de una sociedad. El ejemplo que ponías de la tribu de la civilización maya me parece muy interesante, conozco otros ejemplos, y también del caso contrario. Hay idiomas que no tienen ninguna palabra para expresar "perdón" o "gracias". Pero como digo, creo que el lenguaje puede ser el reflejo de una sociedad (o más bien de sus orígenes, de su pasado) pero no creo que suceda lo contrario, que al cambiar el lenguaje cambie la sociedad. Hay muchas sociedades en las que existe un mayor o menor grado de machismo y su lenguaje es neutro.

Uladh dijo...

Bueno, después de esta segunda macro respuesta de Sadask, con la que coincido plenamente, después de releer los 12 trozos y aunque dije que me había quedado sin poder de contestación, si no respondiera dejaría de ser yo.
A ver, para mí está claro que el problema del machismo es algo execrable y que una sociedad justa es aquella donde hay igualdad, que no paridad. Que esta lacra es consecuencia de una sociedad creada por y para hombres, unas raíces religiosas excluyentes de todo lo que no se ajuste a unas estrictas normas morales y a una dejadez en cuanto a re-educación de todas las capas sociales. Pero esto es como la lucha obrera o la laicidad de los estados. Es una lucha continua y justa.
Quiero dividir mi respuesta en tres apartados: lenguaje, sexo y paridad.

-Lenguaje. No creo que las palabras tengan sexo. Como mucho tienen género. El género no indica una supremacía de un sexo sobre otro. Se ha dicho aquí por ejemplo que se habla de las edades del hombre y no de la humanidad, que la acepción “el hombre” ningunea a la mujer. Vamos a ver, esto es relativo. No es que la palabra “hombre” en este caso excluya a la mujer. Se da por sentado y no creo que nadie, ni el más machista o retrógrado no comprendan que en esa palabra se incluyen también las mujeres de forma inherente, incluida e inseparable. Aquí el término “el Hombre” no es un masculino, actúa como género neutro. Es como cuando hablé de “electricista” que porque acabara en “a” y se refiriera a un concepto con artículo femenino: “la” electricidad, no es una palabra femenina sino neutra.
En ese caso, yo podría esgrimir desde un fondo masculinista (este palabro me lo he inventado yo: Dícese de la actitud favorable a los derechos del hombre sin perjuicio de los de la mujer, contrarrestando al hembrismo que por cierto es un palabro que no está en la R.A.E.) que si hablamos de “la Humanidad” estamos discriminando al ser humano masculino ya que aun siendo neutro se articula con un femenino. Ya puestos a buscar connotaciones sexistas, todo valdría.
Si consideramos que hay palabras de género neutro, y prescindimos de juzgarlas por su artículo, es una sandez el tener que feminizar palabras, sobre todo de profesiones, para darles un lugar en nuestras obtusas mentes masculinas a las mujeres que ocupan dichas profesiones.
Doctor, un título universitario que implica un grado de especialización en diversas ramas de la ciencia y la técnica. Es una palabra neutra que ha debido feminizarse por que las señoras doctor en medicina se sentían discriminadas. Pero es que la R.A.E. ya tenía asumido que esa palabra era neutra y que según el artículo que lo precediera iba dirigido a un hombre o una mujer. El señor doctor en medicina fulanito de tal o la señora doctor en farmacia doña fulanita de cual. Pues no, porque no me da la gana. Lo mismo con médica, jueza, arquitecta, etc… porque al decir “la juez Fernández” o “la arquitecto Castillo” o “la médico López” quita feminidad a la profesión.
Bueno, me hago masculinista y ahora abogo por que hayan “periodistos”, “electricistos” (sí, me ha dado por los de la profesión, nada personal), “oculistos”, “internistos”, “anestesistos” y que cuando se hable del Ser Humano, se diga “La Humanidad” o “el Humanidad” según estemos hablando de el conjunto de hombres o mujeres. Y si hablamos de ambos, porqué no, “el y la Humanidad”. ¿Ridículo? Pues claro

Uladh dijo...

Revisemos los tan traídos discursos de la izquierda progresista (y conste que yo soy de los que alguno llamaría rojo) que chirrían de pesados y extensos, al tener que ir diciendo continuamente “compañeros y compañeras” “trabajadores y trabajadoras”, “los vascos y las vascas”, etc… suena tan ridículo.
Un hombre, masculino singular, afronta esta nueva sociedad de lo políticamente correcto con paciencia infinita, como buen compañero de esas mujeres, femenino plural, a las que sus ancestros dominó, excluyó y sometió. Ya no sabe si decir “compañeros” es discriminar. Claro que como la @ no se puede pronunciar, tendrá que aprender a alargar cada frase con el consabido, compañeros y compañeras. Pero claro, luego le pueden tachar de machista retrógrado porque antepone el género masculino al femenino, ya puestos. De ahí a pegar y maltratar va solo un paso. Pero claro, también puede ser que diga compañeras y compañeros y resulte que está dando un trato de preferencia a la mujer al anteponerla. ¿Por qué, por caballerosidad? ¡Ah claro, porque así se siente más protector de las débiles féminas! Eso es machismo de nuevo. Neanderthal.

Es una lucha un tanto grotesca cuando hay cosas más importantes que evitar. Leyes que hay que cambiar, algunas de ellas positivas para vosotras pero que mal gestionadas por jueces que temerosos de una crucifixión pública y periodística, hacen injusticias jurisprudentes que (líbreme dios de decir que sean consecuencia de…) provocan o ayudan a que algunos energúmenos se ensañen con sus parejas y/o descendencia cuando un señor o señora Juez dicta “patrias potestades” y “sentencias de reparto de gananciales” o “manutenciones inasumibles”. No es a consecuencia de… no, pero sí que dan pie a… y hacen que se justifique el tal con… Y eso es revisable y a mi entender supondría un descenso de un porcentaje, mínimo tal vez pero deseable, de la violencia de género tras las rupturas (venga ya podéis asaetearme).

Uladh dijo...

Los países anglosajones tienen muchísimos menos problemas con este asunto de las palabras sexistas porque tienen una lengua más pobre que el castellano y la mayoría de sustantivos son neutros. Hay algunos que sí son diferentes para femenino y masculino. Pero no tienen los problemas que se nos proponen a nosotros. ¿Son más machistas que nosotros los españoles? No, son menos papistas. De hecho son anglicanos… bueno esto es una broma historicista.
¿Que en una reunión de 5 personas haya un solo hombre y se neutralice en masculino? Chicos. Bueno sí, resulta inexplicable. Al hombre (y también a las mujeres) le resultaría chocante el oír, “chicas” estando allí el macho dominante. No creo que él se levantara indignado (a no ser que temiera ver su virilidad y heterosexualidad en duda, cosa que ya diría mucho de la clase de tipo que es y de las mujeres que lo acompañan) y quisiera una hoja de reclamaciones por el insulto del camarero. Me imagino una asamblea de mil mujeres y un hombre y que el conferenciante dijera “señoras” y al fondo se alzara una voz diciendo “Eh, como que señoras…y yo qué”. Resultaría más patético incluso que el ejemplo del bar. Pero claro, también tendría derecho a su masculinismo. Igualdad. Yo tengo hija e hijo. Y cuando hablo en plural digo “mis hijos”. Y no ninguneo a mi hija, por que para mí son iguales. Es simplemente costumbre del lenguaje. Igual que digo “Dios mío, que calor” y soy ateo desde que tengo uso de razón… ahora qué, tendría que ponerme a pensar: No, Dios mío no. Que tú eres ateo… di… no sé… ente mío… no pero es que si soy ateo, además no creo en entidades ultraterrenas… di naturaleza mía…pero claro, eso es darle a la naturaleza una entidad personalizada que para mi no tiene… entonces ay dios mío ¿qué digo?, no, dios mío no…que eres ateo… bueno ya se me olvidó hasta el porqué me había sorprendido para decir “mmm mío”.
Resulta de nuevo ridículo ¿verdad? Pajas mentales que diría un amigo mío.
En mi empresa mis compañeras cobran exactamente igual que yo, haciendo el mismo trabajo. Eso es igualdad. Eso es lo que hay que exigir. No el que se la llame la herrera o la herrero, la soldadora o la soldador. Que en las asambleas se hablen de temas que redunden en beneficios para ambos. Aunque se diga, “compañeros del metal” y no “compañeras y compañeros”. Yo creo que en discusiones de “galgos o podencos” se suelen diluir problemas más tangibles y sangrantes. Y normalmente son políticos los que lo sacan. Porque les interesa menear el avispero para lanzar cortinas de humo. Como bien decías Sonia, esos que llaman “conflicto árabe-israelí” a un genocidio sistematizado. O esos que llamaban “hilillos de plastilina” a un desastre ecológico. Que decían “regresión económica” a una crisis financiera mundial. “Brotes verdes” por tapones inyectando dinero público a bancos privados. “Reducción necesaria” a recortes desesperados, “ajuste solidario temporal” por subida del IVA, etc… Esos que nos llevan con la varita como el burro, palo y zanahoria.
Crean un Instituto de la Mujer y con ello han cumplido y de vez en cuando sacan una antorcha para indicar que hay alguien velando. Lenguaje sexista, paridad, etc…

Uladh dijo...

Sin duda, asociaciones de mujeres hacen un gran favor a la integración de las mujeres que por su cultura, edad o situación familiar, no viven en igualdad con sus compañeros, convecinos o parientes (aquí sí uso el masculino plural), es loable y necesario. Pero seguro que quien enseña a una mujer mayor a leer porque en su día su familia la destinó a ser esposa y madre, quien ayuda a una mujer que cobra la mitad que sus compañeros varones, quien da una mano a aquella que ha recibido palizas de su “compañero sentimental” o explica a otra que tiene los mismo derechos que el hombre en este país (aunque en el suyo la apedreen hasta morir por haber sido violada) tiene más trabajo por delante que si escribe compañerxs, compañer@s, compañeras y compañeros… en vez de compañeros a secas.

La semántica no tiene sexo. Tiene género. La verdad, la bondad, la alegría, la sabiduría son atributos masculinos y femeninos. La masculinidad por ejemplo es de género femenino y sin embargo implica al sexo masculino. Hay valores y virtudes que se escriben con ambos géneros. Como ya dije, la sabiduría, la felicidad, la amistad. También los hay despectivos. La promiscuidad, la irresponsabilidad, la destrucción, la desorganización, la muerte. Hay valores de género masculino claro: el poder, el arrojo, el amor. Y como no, despectivos: el estorbo, el desorden, el odio. Pero tanto unos como otros afectan a hombres y mujeres. Es un error confundir género con sexo. Pero claro, si ya la propia ley lo confunde llamando “Violencia de género” a lo que debería ser “violencia en el ámbito del hogar” o “en la intimidad” o “violencia discriminada” o “violencia” simplemente. Porque a mí me da igual si mi padre le pega a mi madre, o a mi hermano, o a su padre. Sería un cabrón con pintas que debería ir a la cárcel en cualquier caso. Y es lo mismo si le pega a mi madre por que viene borracho y sería capaz de levantarle la mano a un guardia civil con bigote y tricornio porque simplemente es un tipo violento y animal, o si le pega por el simple hecho de que es su mujer y tiene ese derecho adquirido. Es violencia y punto. Y debe ser castigada con más contundencia que otra por el simple hecho de que pase dentro de las paredes de una vivienda privada donde se ejerce la fuerza bruta con la impunidad de la intimidad. Si a quien le pega es su esposa o su hermana. Porque si yo le pego a mi hermana una paliza, ya no es violencia de género. Simplemente es agresión. Eso es lo que hay que cambiar.
No son las palabras sino la intención del que las dice. Y es un gasto estéril y con una clara intención de suma de puntos en la escalada al poder, sin que a quien lo expone le importe un pimiento nada más.

Y esta tarde/noche, continuaré con los otros dos puntos, sexo y paridad que por esta mañana ya está bien y tengo que reponerme.

El Mago indignado de Oz dijo...

La verdad es que, después de leer los comentarios, las macrorrespuestas, las macrocontrarrespuestas y demás, encuentro algo cansino este debate. El lenguaje es machista porque se creó en un entorno machista, en la cultura machista de la época. Pero no hay que darle más vueltas, no es qué se diga sino cómo. Y, sinceramente, si a un masculino genérico o neutro se le quita la connotación machista porque asumamos que nunca lo fue (es una regla de gramática y poco más), con eso ya bastaría.

Uladh dijo...

En realidad Mago, todo este post no es más para reivindicar eso. que la gramática no es sexista ni machista, es gramática, y punto.

Pauline dijo...

Sonia, después de tu brillante exposición poco queda por decir. No podría estar más de acuerdo en TODO lo que dices y cómo lo dices.

Por otra parte, no entiendo por qué desde el famoso "miembras" todos aquellos que se precipitaron a echarse al degüello de la ministra perdieron tantas y tantas horas de debate, se apresuraron a escribir largas columnas de opinión, los académicos resucitaron de su letargo para censurar y hacer escarnio público de las reivindicaciones feministas. Si el principal argumento que se esgrime es el de "preocúpense por la verdadera discriminación social, las cosas importantes y déjense de tonterías lingüísticas" ¿por qué ese miedo o reacción al cambio? Si de verdad os pareciera una tontería y no le dierais importancia, no opondríais semejante resistencia.

Nadie con dos dedos de frente puede negar la vital importancia del lenguaje. Si alguien tiene dudas que pregunte a abogados, asesores políticos, publicistas, etc. cómo calculan y miden escrupulosamente sus palabras en cualquier alegato, campaña política o publicitaria. El lenguaje organiza, recoge y proyecta el pensamiento. La palabra es el instrumento más poderoso - y peligroso según en las manos de quién esté- por su poder de persuasión.

¿Quién no ha echado pestes alguna vez sobre la manipulación de los medios de comunicación? Ahora bien, es curioso que esa importancia del lenguaje pierda fuelle cuando se reivindica desde el feminismo ¿casualidad?

El lenguaje no sexista supone una amenaza contra el orden social establecido porque pone en peligro los privilegios de la sociedad patriarcal. No pasa nada, aceptaremos los insultos, las burlas y el rechazo como la rebeldía propia que se origina de cualquier cambio.

¿Economía del lenguaje? Hay que ver lo que molestan las arrobas, las barras, los guiones, los dobletes para designar el género femenino.

¡Son contrarias a las normas de la gramática, violentan el lenguaje! - diría un académico refunfuñando.

Sin embargo, vuelve a chocar que las mismas barras, guiones, etc. molesten para indicar la presencia de hombres y mujeres, pero no para indicar el plural: La/s persona/s que…

Pauline dijo...

El lenguaje se ha construido desde un punto de vista androcéntrico. A mí sí me rechina nombrar a una mujer como "abogado", "médico", "arquitecto"... Históricamente se nos ha ninguneado, somos invisibles y ahora que estamos tratando de hacernos un lugar en este mundo, es hora de que el lenguaje recoja esa nueva realidad, igual que se van incorporando nuevos términos con la llegada de las tecnologías. Realmente no es tan difícil emplear un lenguaje inclusivo, lo veo a menudo en diversas situaciones donde la "conveniencia" así lo requiere, por ejemplo, en los mítines políticos suelen abrir los discursos con un "Ciudadanos y ciudadanas"

¡Caramba, por fin me han nombrado! ¿Y eso por qué? ¿Será que sólo quieren mi voto y por eso hacen esa deferencia conmigo?

También me veo incluida cuando leo carteles del tipo "se busca compañero/a de piso" ¿seré malpensada o sólo me designan como mujer cuando hay un interés monetario o persuasivo?

En cambio, cuando me marcho para mi casa y espero pacientemente el ascensor junto a 4 mujeres y 1 hombre, éste nos vuelve a excluir de la forma más descarada: “¿cabemos todos?”

Ahí es donde vuelvo a la realidad y me doy cuenta del lugar tan insignificante que ocupamos todavía las mujeres. Eso sí, para tenernos a todas contentas y calladitas, de vez en cuando nos van haciendo pequeñas concesiones y se permite que en los oficios que tradicionalmente les era asignado a los hombres, ahora nos dejen utilizar el artículo femenino delante para distinguirnos:

La abogado
La médico
La arquitecto

Sin embargo, en el caso opuesto, en los oficios donde no había forma masculina por ser profesiones tradicionalmente femeninas, rápidamente se acuña un nuevo término para nombrar la presencia masculina:

El enfermero
El secretario
El amo de casa

Uy ¿qué pasa? ¿aquí no hay pequeñas concesiones como?:
El enfermera
El secretaria
El ama de casa

El poder masculino es tal que rápidamente se convierte en genérico ¡impresionante!

En fin, podría seguir poniendo mil ejemplos como estos, pero al final tampoco serviría de nada si no nos damos cuenta del papel real que ha desempeñado la mujer durante siglos y de cómo el cambio no sólo es preciso sino urgente.

Uladh dijo...

Estoy completamente de acuerdo con la última parte de tu intervención. Quizás me chocaría, por costumbre, pero concuerdo contigo.
Sin embargo, respecto a lo del doblado de palabras continuamente, yo personalmente me niego a usarlo, así como el lo/s la/s. Me parece que el leguaje no tiene sexo, sino género, que es distinto, y eso sí, en textos donde puedo inserto un sustantivo impersonal: persona en vez de hombre, Ser Humano o Humanidad, en lugar de el hombre, etc...

Pero quizás dentro de unos años, al igual que hoy tengo que trabajar en euros en vez de pesetas, que me costó sudor y lágrimas, y al igual que ahora he tenido que quitar alguna preposición (so, cabe) y añadir otras (durante, mediante, versus, vía) por modernización de la Lengua Española, o mi Pretérito Indefinido, que ahora es Pretérito Perfecto Simple, y a mí se me sigue escapando el Indefinido (aun con los meneos de cabeza de mi profesor de Lengua), me sea igual de raro usar el doblete y la @, obligado por la RAE, pero será así. Por el bien de todos... venga, y todas.

Pauline dijo...

La gramática tradicional nos dice que el lenguaje no tiene "sexo", sino "género", pero esta afirmación conviene matizarla:

Hay lenguas, como el inglés, donde se usa el "género natural" porque se atribuye sólo a seres sexuados, mientras que en la nuestra se usa el "género gramatical" para designar no sólo a los seres sexuados sino también a todas las palabras y objetos; pero cuando el referente son personas, nuestro idioma se basa en criterios semánticos para hacer referencia al sexo real y reflejar esa distinción, es decir, sexo y género convergen, excepto en contadas excepciones como los epicenos.

Respecto a la socarronería de las barras, dobletes, etc. tipo:

"Los/as ciudadanos/as están enfadados/as porque fueron obligados/as a pagar más impuestos/as."

Que, por otra parte, ya ves tú como se devanaron los sesos algunos pseudointelectuales de este país en crear humor inteligente... No se trataría de repetir todas las palabras de la frase con flexión de género, sino de duplicar al menos en una ocasión las palabras que aluden a hombres y mujeres para que ambos fuesen mencionados en la representación mental que hacemos de la realidad. Podría duplicarse:

"Las ciudadanas y ciudadanos están enfadados porque fueron obligados a pagar más."

Creo que no es tan complicado intentarlo si verdaderamente hay un compromiso real detrás de cada persona por hacer de este mundo un lugar más comprometido y justo.

Saludos.


SadasK dijo...

Voy a plantear 3 puntos para reflexionar juntos, el/la que le apetezca.

Primero me gustaría que nos planteáramos por qué algunas personas le dan tanta importancia a este tema, llegándose a sentir ninguneadas o incluso insignificantes frente a un ascensor, mientras que una gran mayoría (formada por hombres y también por mujeres, y no son pocas) no están tan hipersensibilizadas con el tema del lenguaje, y sí con otros temas que consideran de mayor importancia. Yo personalmente lo considero frívolo y superficial. También muchas mujeres que conozco, muchísimas. Y curiosamente estas mujeres no son mujeres florero, ni mujeres felpudo, ni mujeres machistas, tienen un amor propio enorme, carácter, inteligencia, y son orgullosas como las que más, y tienen un par de ovarios bien puestos para defender sus derechos. Pero mira... esto, pues no. Les parece una auténtica gilipollez, hablando en plata. Ojo, también conozco a unas cuantas mujeres que defienden con la misma pasión que Sonia y Pauline la imposición de este lenguaje inclusivo, que convertirá nuestra sociedad en una sociedad mucho más justa e igualitaria. Son menos, y curiosamente son feministas. Sí, y no lo digo en tono despectivo, pero resulta que ya he conocido a más de 1, y más de 2, y más de 3 feministas dejándose llevar por esta corriente, entusiasmadas, y rozando el hembrismo. Rozándolo e incluso traspasándolo sin el menor pudor, disfrazando de "igualdad" y de "justicia" algo totalmente diferente. Hagamos un poco de autocrítica, que nunca viene mal, no todo el monte es orégano. Partiendo de esta base, preguntaos por qué... Por qué existe tanto rechazo, tanta reticencia al cambio, por parte de amplios sectores de la sociedad. No sólo por parte de los hombres, los machitos, el patriarcado y pollas en vinagre... Sino también por parte de tantísimas mujeres que ven en esta causa un lamento hueco, vacío, insulso... Algo estéril y sin una utilidad real más que la de "reflejar" en el lenguaje. ¿Reflejar... y qué más? Y que aquellas mujeres especialmente sensibilizadas con el lenguaje no os sintáis violadas cada vez que alguien utilice el masculino neutro. ¿A qué se debe esto, estas mujeres que no aceptan ese punto concreto de vuestro decálogo feminista? ¿Es por culpa de elementos socializadores? ¿Las han educado así sus madres, y sus padres? ¿Deberían haberlas educado mejor? ¿Sus valores no son correctos, al menos en ese aspecto? ¿Podríamos corregir esa conducta, y que vean el mundo con vuestros ojos?

SadasK dijo...

Por otra parte, podríamos hablar también de las "jergas". Las jergas son un conjunto de expresiones, maneras de hablar, etc. que se utilizan en círculos cerrados, por profesiones, grupos ideológicos... DRY tiene su jerga, las feministas la suya, los religiosos, los políticos... Y llega un momento en el que repites tanto una palabra que deja de tener sentido. O al menos pierde mucha fuerza. A mí por ejemplo la expresión "la casta política" ya no me transmite nada. Porque se usa de forma sistemática una y otra vez. Y esas jergas, esas formas de hablar... no se contagian a otros grupos. Los que gustan de usarlas las siguen usando, y todos los afines a ellos o que se mueven dentro del mismo círculo... pero ya está. Yo esto lo veo de la misma manera. Lo usáis vosotras, y todo aquel que quiera parecer políticamente correcto o caeros en gracia. Yo le doy infinitamente más importancia al sentido común y al pragmatismo, antes que a esto.

Por último. Esto del lenguaje incluyente, hay a quién le jode, a quién no, quién le da una importancia vital y lo ve como algo urgente y necesario, el que le da igual, el que no discute sobre el tema por no perder el tiempo con tonterías, y el que simplemente le chirría como es mi caso. Porque para mí, insisto, es ruido. Son interferencias. Y porque sigo pensando que no tiene utilidad, ni tanta importancia, ni el hecho de cambiar ese detalle cambiará la sociedad, porque en mi escala de prioridades hay infinidad de causas, muchísimas, mucho más apremiantes, y esas SÍ son urgentes y necesarias, y apremiantes (muchas de ellas relacionadas con el feminismo, pero ¿ESTO? Esto no). Ahora... ¿Cuál es vuestra intención, a priori? ¿Utilizar vuestra jerga y "recomendar" a todo el mundo que también la use, hasta que sea algo normalizado, todo el mundo hable así y la RAE la incluya? ¿O tratáis de imponerlo, siendo desde vuestro punto de vista algo justo, urgente y necesario?

Y vuelvo a insistir sobre un comentario mío anterior: ¿Realmente os compensa perder tanta gente afína vuestra causa y generar tanta crispación por una gilipollez semejante? ¿En serio os compensa?

Pauline dijo...

Para no hablar en tono despectivo del feminismo como afirmas en tu respuesta, introduces en la misma frase y con gran ligereza la palabra “hembrismo”. Mala combinación y mal comienzo. Es la forma más común de desprestigiar todo lo que significa el feminismo, radicalizarlo al extremo y, al mismo tiempo para que nadie pueda acusaros de machismo, afirmar que “otro feminismo es posible”, ese que lucha por la verdadera igualdad y por las cosas que verdaderamente importan.

Comenzar un debate con un argumento falaz tampoco ayuda: presuponer la verdad absoluta del lado de la mayoría es absurdo. Si así fuera todavía seríamos “negreros”, “exterminaríamos a los indios”, “las mujeres no tendríamos aún ni derecho a voto” y “a los homosexuales se les seguiría aplicando la ley de vagos y maleantes” y así un montón de ejemplos…

Además, por esa misma regla de tres, justificarías que la televisión de calidad es hacer cosas como “Sálvame” o “Gran Hermano” porque revienta las audiencias y así lo quiere el pueblo en su mayoría, en oposición a los documentales de la dos o programas como Redes que lo ven 4 marginados.

El hecho de que nos sitúes a Sonia y a mí del lado de las minorías no sólo no me afecta en absoluto sino que además me halaga. Es más, siempre he estado por y con las minorías, es algo que por mis ideas tengo muy asumido e interiorizado.

Y de la misma manera que te rodeas de mujeres maravillosas –según tú mayoritarias- adornadas con muchos epítetos, existen hombres con una educación exquisita, una mentalidad abierta y feminista, despojados de valores rancios de otras épocas pasadas, hombres sin miedo a perder privilegios y seguros de sí mismos, con las suficientes agallas para reconocer el problema y denunciarlo mediante la acción, promoviendo el cambio desde TODAS las estructuras sociales y no sólo de boquilla, simplificando el problema o negándolo para justificar una posición inmovilista que les siga beneficiando.

Por otra parte, a ti lo del lenguaje no sexista te parece una estupidez sin importancia, pero permíteme que te diga que dada la vehemencia e insistencia con la que te opones a él, transmites precisamente lo contrario, parece que se te va la vida en ello.

Y en algo sí te voy a dar la razón respecto a conseguir el efecto opuesto al deseado y crear rechazo: no pertenezco a ninguna plataforma ni asociación de mujeres feministas ni nada por el estilo, pero visto lo visto, dadas las ampollas que levantan ciertos temas y la oposición tan feroz que hacéis algunos hombres, tal vez sea hora de que empiece a replantearme lo necesario que es el activismo.

Bueno, por mi parte doy por finalizada esta conversación porque veo que se está convirtiendo en un estereotipado y cansino bucle del que difícilmente podremos salir. Respeto tus ideas, pero no las comparto, es todo lo que puedo decir.

SadasK dijo...

Bueno, antes de nada creo que te debo una disculpa. A ti y a todo aquel que haya podido sentirse ofendido (u ofendida) por el tono de mi respuesta. Trato de no extenderme y de no dejarme llevar por el fervor cuando comento, y casi nunca consigo ni lo uno ni lo otro. Así pues, reitero mis disculpas y trataré de escribir con la cabeza fría y el corazón templado, dejando a un lado las hostilidades y los ataques (pues esto no es, o no debería ser, ningún campo de batalla).

Creo que tienes razón en algunas cosas que comentas. Con otras no estoy de acuerdo. Aunque como tú dices, respeto tus ideas, las comparta o no.

Cosas con las que estoy de acuerdo...

1. Me contradigo. Totalmente cierto. Esto (el lenguaje incluyente) es un tema que suele cabrearme, aunque en realidad no debería hacerlo cuando yo mismo estoy defendiendo desde un principio que es un tema trivial al que no debería dársele tanta importancia. Error mío, y gran contradicción.

2. El ejemplo que pones para demostrar que lo de "la mayoría siempre tiene razón" es una falacia, me parece acertado. De la misma forma que no podemos afirmar que la mierda es buena porque un millón de moscas no pueden estar equivocadas.

Con un matiz. Yo estoy en contra de la masa... La masa es torpe, es moldeable, terriblemente influenciable, predecible, etc. Cuando hablo de mayorías me refiero a un gran número de personas con las que he tratado y he debatido sobre el tema de forma individualizada. Ahí la cosa suele cambiar, hablando con las personas de una en una resulta que nadie vota al PP ni al PSOE, pero luego éstos sacan mayoría. Ninguna de estas personas ve tampoco La Noria, o Sálvame Deluxe, pero luego tienen ratios de audiencia altísimos, como tú has dicho. Lógicamente influye el tipo de personas de las que yo me rodeo y a las que doy crédito, las que yo considero que tienen criterio, y que son afines a mis ideas: están en contra de las discriminaciones sociales, del maltrato animal, del bipartidismo, de la privatización... Digamos que tienen unas bases (cultura, inteligencia, valores, criterio...) que yo considero válidas para opinar. Pero esto por supuesto es algo totalmente subjetivo: quién considero yo que es válido para opinar o no. Y ojo, como muy válidas para opinar tengo también a prácticamente todas las mujeres feministas con las que he tratado, incluyendo a mi hermana. También he tratado en otras ocasiones con gente de valores totalmente opuestos a los míos: conservadores (por no decir otra cosa), afiliados al PP, religiosos (de los de aparentar), clasistas, xenófobos, machistas (sobre todo ellas), en contra del aborto, a favor de los toros, fans de intereconomía, fans de USA... Ese tipo de personas están ahí, y sus opiniones también deberían contar, pero para mí no cuentan.

SadasK dijo...

Ahora, varias puntualizaciones.

No me gusta mezclar feminismo con hembrismo, ni quiero dar la impresión de que trato el tema con ligereza. Hasta hace bien poco había un total desconocimiento general sobre la palabra "hembrismo", y casi todo el mundo asumía que feminismo era lo contrario a machismo. Craso error. De ahí suelen venir las primeras oposiciones hacia el movimiento feminista, que parten de la ignorancia y en seguida se ponen a la defensiva. Una vez explicadas las diferencias entre ambos conceptos, y cuando todo el mundo lo tiene claro... podemos comenzar a exponer, a debatir, etc. Ahora bien, eso no quita que el hembrismo exista. Hay mujeres hembristas, por venganza, resentimiento, por la educación que han recibido, o por el motivo que sea. Yo no digo que las personas, hombres o mujeres, que defienden la imposición de un lenguaje incluyente sean necesariamente hembristas, ni mucho menos, porque no tiene nada que ver. Tampoco pretendo mezclar ambos conceptos ni desacreditar al movimiento feminista, que en su gran mayoría me parece totalmente justo y necesario. Lo único es que entre dos actitudes (diferentes, pero adyacentes) hay una línea que las separa. Y en los colectivos feministas es muy habitual traspasar esa línea de vez en cuando. Una cosa es buscar igualdad, y otra muy distinta tratar de pisar sexo masculino para quedar por encima, denigrarlo, desprestigiarlo, o buscar venganza, o buscar un trato preferente o una discriminación positiva para equilibrar la balanza. Y eso yo lo he visto y lo he vivido. Hembristas (en mayor o menor medida) disfrazadas de feministas, haylas.

SadasK dijo...

Yo estoy a favor del feminismo... pero no a favor de todo lo que reclama el feminismo. Hay cosas con las que estoy totalmente de acuerdo, y no sólo de boquilla, porque además me parece que son de cajón. No tengo miedo a perder ningún privilegio, porque aparte de los privilegios físicos que puedo tener por mi constitución masculina (algo biológico y antropológico, y no algo establecido sociológicamente) el resto de privilegios no me interesan. Ni los quiero, ni me parecen justos. No quiero cobrar más por desempeñar las mismas tareas, por el simple hecho de ser hombre, no quiero un trato preferente por ser hombre, ni quiero el privilegio de llegar a casa y no dar ni un palo al agua para que las mujeres me lo den todo hecho. Esos valores rancios, como dices, no los comparto. Esos privilegios, no los quiero. Pero por ejemplo, tampoco estoy a favor de la ley de la paridad (50% hombres, 50% mujeres). Eso lo ejemplificó muy bien Uladh al principio. Tampoco estoy a favor de que las pruebas físicas para presentarse a bombero, policía nacional, o vigilante de seguridad, tengan que ser menos exigentes cuando se trata de una mujer. Eso no lo considero un privilegio para el hombre, pero sí me parece una discriminación positiva hacia la mujer. ¿Queremos igualdad o no? Iguales nunca vamos a ser, afortunadamente (¡que vivan las diferencias!). Pero ¿queremos paridad? DEBE haber paridad. Igualdad de oportunidades para hombres y mujeres, cero discriminación (positiva o negativa), mayor educación desde el hogar y en la escuela para promover una sociedad igualitaria (así se forman las sociedades, desde la cuna), cero sexismo en la publicidad y medios de comunicación, no a la denigración de la mujer (ni que se denigren ellas mismas o se vendan como objetos sexuales para conseguir sus propósitos), que se prevenga y se castigue con dureza y contundencia cualquier agresión o amenaza del hombre hacia la mujer (que también sucede al contrario, de la mujer hacia el hombre, pero todos sabemos que nunca en la misma medida, ni remotamente) y lógicamente que también se controlen esas mismas leyes para evitar que haya mujeres que se aprovechen de ello (suele pasar cuando una sociedad está especialmente sensibilizada hacia un tema como puede ser el maltrato). Eso es lo que todo aquel que tenga dos dedos de frente y un mínimo de sentido común y de empatía debería querer. Porque es justo, y porque es razonable. Y esto, no es negociable. Esto, desde mi punto de vista, es algo apremiante y de una importancia vital.

SadasK dijo...

En mi caso particular, llevo emancipado desde los 20 años, y tengo 30. Antes, durante y después he ayudado siempre en casa, cuando vivía en casa con mis padres y cuando empecé a vivir solo. A eso ayuda la educación y los valores recibidos. Barro, friego el suelo, friego los platos, pongo la lavadora y tiendo, plancho, cocino, saco la basura... aunque coser no se me da bien. Y no se me caen los anillos por ello. Mi novia y yo trabajamos ambos, da igual quién de los dos gane más, el dinero es de los dos. Nos repartimos las tareas, en función del tiempo que tenga cada uno. Cuando tengamos hijos, la educación que van a recibir va a ser esa. Equidad. ¿Tengo algún comportamiento machista, o discriminatorio, alguna vez? No lo sé, pero creo que no. Aparte del lenguaje, claro. Pero para mí lo del lenguaje es algo neutro, no un ataque para ningunear a las mujeres y hacerlas sentir inferiores. Luego está el tema de las actitudes paternalistas... algo que a veces os indigna también. Creo que aquí habría que hacer claras diferenciaciones y usar mucho el sentido común. El típico ejemplo es cuando hay una mujer guitarrista en un grupo de música y se le acerca un hombre para enseñarle a usar el pedal, sin que le haga falta ni se lo haya pedido. Esa es una actitud paternalista reprobable. Pero luego hay otro ejemplo, también muy típico. Yo no dejo que mi novia vaya sola por la calle de noche, al ir o al volver del trabajo, y siempre que puedo evitarlo lo hago, y la acompaño. ¿Soy machista? ¿O paternalista? Veamos, una mujer no debería sentir miedo por ir sola por la calle, sintiéndose observada, o pensando que la siguen, temblando y deseando llegar a su destino... Estamos de acuerdo. No debería ser así. La sociedad no debería ser como es. Pero es. Y mientras no cambie, el riesgo está ahí. El peligro es real y está ahí, y es de locos obviarlo. Si yo sé que hay infinitamente más posibilidades de que traten de violar a mi novia que a mí, ¿soy machista? En este caso yo creo que soy realista. No voy a poner en juego su seguridad sólo para que ella pueda experimentar lo que es caminar sola por la calle de noche sin miedo, igual que un hombre. No, lo siento. Siento ser protector, pero lo voy a seguir siendo y no lo pienso cambiar. Igual que protegeré a mis hijos cuando los tenga. Soy de los que piensa que la fuerza está para defender y para proteger, y no para atacar.

SadasK dijo...

¿Creo que el machismo es un problema en España? Creo que a día de hoy sí, lo sigue siendo. Pero afortunadamente cada vez menos. Las sociedades van cambiando, van evolucionando, y casi siempre van a mejor. Todavía quedan cosas por cambiar de la mentalidad de la gente, de las leyes, de los medios... Pero cada vez van quedando menos. No es el caso de la India, por ejemplo. Eso para mí sí es un caso flagrante de abuso hacia la mujer, y de su dignidad como mujer y como persona. Creo que todos estamos al tanto de las últimas noticias, que han sacado a la luz una realidad que siempre ha estado ahí, pero que era ignorada. Cómo hay tantos, tantísimos casos de violaciones, y cuando van a denunciar a la comisaría los mismos policías intentan también abusar de ellas. Eso está a otro nivel, es repugnante. También en latinoamérica, donde hay un machismo imperante y abusos constantes hacia la mujer:

http://www.opinion.com.bo/opinion/articulos/2013/0130/noticias.php?id=84738

Sé de lo que hablo porque mi novia es boliviana. Conozco a muchos bolivianos, y también argentinos, chilenos, mexicanos, venezolanos... Este, por desgracia, es un denominador común entre todos ellos. También tenemos como ejemplo las sociedades musulmanas, dominadas por el Islam, donde la mujer es un mero objeto. Donde hay ablaciones. Donde una mujer, después de ser violada por 4 hombres, es lapidada por adulterio. O bien obligada a casarse con su violador.

Aquí, en España, creo que debemos seguir avanzando. Entre otras cosas para no volver a atrás, a esos años oscuros de valores rancios, que es el camino por el que nos están llevando. Esta noticia es inquietante:

http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/02/15/actualidad/1360959027_922543.html

Gestión de empresas para chicos, y cocinitas para chicas.

Debemos seguir avanzando... pero sin perder el norte. O al final el barco se hunde.

SadasK dijo...

Volviendo al tema del lenguaje, yo digo "abogada", "médica" y "arquitecta". Y creo que el ejemplo que pusiste del ascensor fue algo dramático y un poco exagerado.

No tengo más que añadir. For now.

Uladh dijo...

Retomando.
Concuerdo totalmente con el mega tocho de SadasK. No por el hecho de considerar una guerra absurda el inclusivismo en el lenguaje se es un machista. En la izquierda política y social, se introducen elementos ultras y antisistema que normalmente perjudican el mensaje de progreso, lo mismo que en la derecha, donde elementos fascistas nos quieren llevar a un régimen autoritario. En la religión, podemos ver fanáticos talibanes, de cualquier religión, que mancha a los millones de creyentes con su cerrazón. En el lado contrario, los quemaiglesias que que nos definen por desgracia a los que tan solo no creemos y queremos que no nos influyan en nuestra libertad individual.
En el mundo masculino, hay elementos machistas que nos ensucian a todos aquellos que nos sentimos orgullosos de ser hombres sin menosprecio de la mujer, sino al contrario, que las consideramos compañeras de viaje, indispensables. Lo mismo, entre las feministas, que yo considero equalistas, porque en realidad defienden la igualdad desde su lado, se incluyen algunos elementos hembristas que, como dice Sadask, tratan de aprovechar el discurso feminista para someter, pisotear y desacreditar al hombre. El feminismo es una idea que trata de oponerse al machismo, el hembrismo se opone al hombre en general.
En la lucha contra la discriminación, la supremacía del varón, todos debemos ir unidos, y unidas. Sin enfrentarnos. Considero que el lenguaje es uno de los asuntos que vendrán aparejados con esa lucha, pero no es una de las armas, será una consecuencia.
En el mismo sentido, en la lucha contra la homofobia, el racismo, la xenofobia, no es el lenguaje la principal arma para luchar contra ello, son los hechos y la educación.
En un pleno del Ayuntamiento del Puerto de Santa María, que se hizo tristemente famoso porque una concejala obligó a la alcaldesa a rectificar al decir "negro futuro" y considerarlo un comentario racista. Estas cosas a mi me dan vergüenza ajena. Yo no tengo que justificarme continuamente por ser europeo, blanco y hombre. No es una opción, ni a tenor de la nueva realidad, un beneficio. Si eres mujer, puedes proclamarlo a los cuatro vientos y sentirte orgullosa de ello. Perfecto. Si eres hombre, hoy por la estupidez de lo políticamente correcto, eres un condenado machista. Estamos en el punto de mira, quizás lo merecemos como pago por 5 mil años de machismo. Quizás.

Uladh dijo...

Yo estudié Calderería en Chapa, y era chapista, una palabra neutra, pero que acaba en a. Por ello no lo considero insultante, no pido que se me hubiese llamado "chapisto" para remarcar que soy un hombre que trabaja con la chapa. Si toco la flauta o la guitarra, soy flautista o guitarrista, no flautisto no guitarristo, para así sentirme más hombre. Son solo palabras. Flautistas y flautistos, los y las flautistas. Sin ánimo de broma, que no tiene gracia alguna, esto sería un remedo.
Porque además, ya que se está instaurando casi en todos los discursos progresistas o que quieran parecerlo, el dualismo, ahora comienza otro debate. Si se antepone el femenino o el masculino. Ya para rizar el rizo, ser más papistas que el papa. Ahora, en el futuro cercano, la guerra lingüística será, que si dices "Los y las compañeros y compañeras" eres un sexista que antepones lo masculino a lo femenino. Y así cuando lo hayamos aceptado, para vestirnos de modernos y progresistas. Lo siguiente será borrar lo masculino. Las compañeras María, Juana, Loli y Pedro.
Que no es que lo vea una amenaza, no. Que si mañana alguien comienza así una asamblea no voy a gritar que soy un hombre y me está insultando. Que no, que no es eso. Que es que veo en todo esto una maniobra de distracción. Que si nos ponemos así, mi amiga Mari que es transexual tendrá que buscar un genero que la identifique o lo identifique, o le identifique o lu identifique. Y aquel que sea célibe, querrá un genero célibe, y el castrado uno que los identifique y así hasta que se aburra el santo Job.
¿Soy por ello un machista retrógrado? Pues ya es que no lo sé.