sábado, 25 de agosto de 2012

Arte y artistas

¿Quién es el que dice que 
esto es Arte

... y esto es una mierda?



En esto del Arte hay mucha tontería. Al menos para mi corto entender. Cantidad de artistas que han muerto de hambre sin vender un cuadro o una escultura, y luego sus obras se subastan por millones de dolares. Pintamonas o rascapiedras que han caído en gracia o en la cama de algún galerista y se han hecho ricos tirando botes de pintura en un lienzo puesto en el suelo o cortando chapa a jirones con un soplete. 
Porque, ¿quién dice lo que es o no es Arte? Alguno dirá que es el Público. El Público dice lo que le dicen que diga. Vamos a una galería de arte y esperamos que los cuadros que hay expuestos son todos obras dignas de ser vistas y además alguien nos dirá que es muy buena porque vale 3000 €. Y punto. Ahí está toda la sabiduría y todo el criterio del Público. Quienes de verdad dicen si algo es o no es Arte son los críticos.
Unos personajes veleidosos, frívolos y caprichosos que si les caes bien y/o les pagan lo suficiente te encumbran y si no, te tiran al estercolero.
El Arte es por tanto, aquello que unos críticos han tenido a bien decidir que sí es Arte, o aquello que ha hecho un artista ya consagrado y que, aunque sea un mojón, es una gran obra porque la ha hecho Fulanito de Tal. 
El grande Don Salvador Dalí, genio innegable e incuestionable, podía vender un cuadro hecho a huevazos porque simplemente era suyo.
Grandes obras de grandes artistas, genios inclusive, han pasado desapercibidas aun estando expuestas a la vista, tan solo por no llevar su firma. Eran una mierda pinchada en un palo (una mierda bonita tal vez) hasta que algún estudioso reveló la firma del autor oculta por un manchurrón, o ha visto sus trazos en ese cuadro que lleva toda la vida puesto en el ayuntamiento de Villapalmitos de Arriba. Ahora sí, ahora vale millones...antes ni la tela en la que estaba pintado.
No hace mucho se dio el caso de una obra expuesta en un museo neoyorkino y que se llevó allí semanas siendo admirado por quienes lo observaban. Al final se descubrió que era una broma de un tal Bansky que se dedica a colocar obras suyas o mamarrachadas en museos americanos y británicos como protesta por la guerra y cosas así, pero que demuestran lo fino que es el límite entre una obra de arte y un pintarrajo.

Estoy seguro y me juego el cuello a que mañana le digo a mi hijo que pinte un retrato mio en un lienzo y lo exponen con la firma de algún artista y no solo lo alabarían sino que pagarían millones por él. Lo cual demuestra que todo esto del fresco que ha pintado la señora esta de Aragón es una memez. Nada más por la publicidad que está dando a la iglesia y al pueblo debían hacerla hija predilecta. 

Y hablando de iglesias y sinvergüenzas, tengo que escribir sobre el Códice Calixtino y la trama santiaguera. Pero eso será otro día.

1 comentario:

El Mago indignado de Oz dijo...

Grande como siempre, amigo mío. Recojo el guante y también escribiré sobre la trama de Compostela. Es curioso cómo a este lo llaman ladrón sin ser condenado, sólo confeso, mientras a un banquero lo llaman "presunto" o "inculpado por". En fin, espero tu próxima entrada.