viernes, 13 de agosto de 2010

Dos tontos muy tontos

Os voy a hablar hoy de dos figuras que todos estamos hartos de ver a nuestro alrededor y que muchos, o al menos yo, sufrimos con resignación y asquito.
El tonto primero, porque lleva más tiempo entre nosotros, es el pijo. El pijo no tiene por que tener dinero, aunque normalmente lo tiene. Voy a hacer primeramente una descripción física del pijo en sus distintas facetas.
Desde pequeñitos visten y se peinan de forma diferente al resto del genero humano para distinguirse. Llevan los pijitos, sea crudo invierno o tórrido verano, pantaloncito corto con tirantes, calcetincitos caladitos y zapatos de charol con hebilla. Lleva camisita de color pastel y mangas de farol con cuellos redondos. En invierno suelen llevar un abrigo o trenca con capucha de color azul marino o verde botella. Se peinan con raya al lado y hablan con vocecilla nasal. Las chicas usan trajecito de vuelo con grandes cuellos de encajes y lacitos, lacitos por todas partes. Lacitos en la espalda, en las mangas, en el pelo. Lazos pequeños y lazos enormes. Todos los matrimonios pijos deben tener un Pinocho o una Mariquita Perez como vástago, y si son del opus que menos que catorce. Toda su ropa, tanto la de los pequeños como la de los mayores tiene indefectiblemente que ser de marca y normalmente tiene nombre y apellido. Ralph Laurent, Yves Saint Laurent y además gustan de marcas con nombre puramente castizo como Pepa Domínguez, Lola Martínez o Rafael Durán. Eso da caché.
Todos estudian en colegios bilingües, con picadero propio y con nombre de santo.
Los pijos van creciendo y lógicamente mudan su indumentaria. Ellos se colocan pantalones chinos o vaqueros azules con mocasines y politos (con el motivo de la marca en el pecho y ahora que se ha generalizado su uso, el logo tiene que ser gigante) con el cuello levantado. Sea invierno o verano llevarán un jersey, colocado sobre los hombros y anudado al pecho cuando hace calor. Las chicas llevan el pelo largo y peinado y ladean la cabeza para que el pelo caiga hacia un lado. El pelo es muy común que lo lleven teñido de rubio a mechas con las raíces negras. Pantaloncitos de cuadros por la rodilla y tacón alto o vaqueros de pitillo y tacón alto. Muchas llevan camiseta o polito de marca aunque algunas muy pijas llevan blusa y pañuelo con motivos de equitación (fustas, estribos, sillas de montar). En verano ellos se colocan un pantalón corto con camisa de manga larga, con los puños vueltos. Que digo yo que se llevan todo el año dándose rayos UVA y gastando una pasta y luego en verano se tapan. Y es que son tontos claro.
Las gafas de sol tienen que ser en ellas grandes y redondas como las del ‘Un, dos, tres’. Sirven además para sujetar el pelo como si fuera un pasador. Ellos suelen llevar el pelo también largo. Lo normal es que lo lleven engominado y súper alisado delante y un montón de rizos alborotados por detrás. También lo llevan suelto y caído el flequillo como una cortinilla. Patillas largas y sin sombra de barba o bigote, que eso es de macarras.
Si van a la playa el polito tiene que tener la bandera española en el borde del cuello. Si van al campo el atuendo cambia por una camisa de pana finita y un chaleco quitafrio de color verde o marrón, con gorra de cortijero de cuadritos o sombrero de fieltro. He llegado a ver a un tonto pijo de esos con pantalón de montar, sin las botas y en zapatillas de deporte por el Cortingles, el pantalón para quién no lo sepa llega hasta la rodilla. Una pinta de gilipollas que tiraba para atrás, pero eso sí, todo el mundo sabia que tenia caballo. Porque esa es otra cosa de los pijos, y de su tontería, el aparentar (para quien no tiene) y el demostrar (para quien sí tiene). El perfecto pijo debe ir mostrando siempre su posición y patrimonio, real o ficticio. Alardear en suma.
El tonto, vamos el pijo, se distingue hasta en el color de la ropa. Llevan pantalones vaqueros rojos, sí amiguitos, rojos. Y camisas de color rosa. Son unos colores y unas pintas que entran por tus ojos y van directo a tu cerebro. En él hay una lucha entre partirte la caja del descojone o liarte a ostias hasta que pierdas las uñas.
Cuando el pijo crece y envejece sufre una transformación. El hombre suele experimentar una mutación. Aunque su pelo se pone blanco totalmente como el de Richard Gere , su piel toma un color oscuro casi como el de una castaña. De pronto viste como un chaval, con ropa ibicenca o hippie pero de marca y de lino o algodón criado en granjas de diseño (pijipy le llaman los muy capullos), en esa época se divorcian de su vieja y se buscan una chavala de veintitantos que llevan como el que lleva un pañuelo de flores para lucirse. Estas chavalas suelen ser pijas sin un puto duro que se creen que heredarán todo lo del viejo que normalmente ya está todo amarrado y adjudicado a sus buitrillos... dijo sus hijos. Alguna zorrita de estas se lo montan bien y se queda preñada, sea del chofer o en un día que el vejete no se pone hasta el culo de coca o de mojitos. Entonces el niño en cuestión, después de algunos juicios que seguro saldrán en ¡Qué me dices!, heredan un cacho del pastel.
¿Y qué pasa con las pijas cuando envejecen? Al principio se lo montan bien y con lo que les deja el divorcio bien del carajo. Se pasan el día tostándose al sol en la playa o el yate. Se rodean de maromos que buscan también la sombra del dinero. Los tíos tienen peor suerte ya que no se pueden quedar preñados pero al menos algunos graban un disco de mierda que no escucha ni su madre, o hacen un par de pases en una pasarela enseñando cachas y poniendo cachondo al modisto con cara de mojama que le toque vestirle. Luego pasa el tiempo y la pija no tiene la suerte que su ex-pijomarido. Éste, por la genética, se convertirá en un arrugado viejo podrido de dinero y empitonado a viagras. Ella no tendrá esa suerte y gracias a un cirujano plástico sin escrúpulos y forrado estirando pellejos, se convertirá en un payaso con los labios como el borde de un lebrillo, las tetas como dos bolsas de silicona pero a la altura de las caderas y el pescuezo como el mástil de un violín. Un collar de perlas gordas como huevos de codorniz para estirar las arrugas del cuello y unas gafas negras como el culo de una botella de Tío Pepe para ocultar que tiene el ombligo en la frente.
El pijo, por su estatus económico, podría parecer que se deleitaría escuchando a Brahms o a Haydn, hasta a los coros gregorianos de Santo Domingo de Silos. No, el pijo flipa con los ‘Siempre así’ y algunos cantantes de corte flamenco como Falete, Lolita, Poveda o Manuel de Angustias (toma ya el nombrecito) ya que gustan de saraos y romerías donde demostrar que se divierten mejor que nadie a base de fino y jamón. El Rocío es la mayor romería pija y las ferias de Jerez y Sevilla. También van a conciertos de Bosé o A. Sanz, Paulina Rubio, etc. no porque les guste en sí sino por que ellos son igual de pijos y si va alguna tele al concierto quizás puedan luego alardear ante los amigos tontopijos de lo guay del concierto. Y las fiestas pijas, que me decís de las fiestas pijas. Sobre todo en verano, los pijos se reúnen en sus chalets a hacer la fiesta ibicenca (todos vestidos de blanco a juego con la cocaína que se meterá la mayoría), la fiesta romana, donde todos se visten con sabanas para luego acabar en la piscina borrachos perdidos, etc.
Los pijos no se relacionan nada más que con pijos. Viven en chalets de lujo o no, pero chalets. Con piscina y barbacoa y casa de la piscina y casa de la barbacoa. Suelen vivir en una urbanización solo de pijos, tontos todos como ellos, con más o menos dinero o sin un duro pero entrampados hasta el culo para aparentar. Recordemos que su máxima es ‘aparentorum et semper tontorum’.
El tontaco pijo no habla como el resto de seres humanos. Cortan las palabras para que nadie sepa que dice. Es como un lenguaje diferente y críptico que ellos, tontos del culo, creen que no sabremos descifrar. Así hablan del ‘insti’ o el ‘tuto’ que es lo mismo, la ‘uni’, la ‘parti’ en vez de decir instituto, universidad o fiesta. Algo que además significa lo mismo porque para ellos el estudiar es una fiesta continua. La fiesta del otoño, la del invierno, la de la cerveza, la de derecho, la de farmacia, la de medicina. La universidad es donde los pijos hacen como que estudian pero en realidad se colocan de cocaína y alcohol y se aparean como conejitos, o conepijitos. Luego papi les paga el postgrado o un master en Columbia, ‘Ojsfor’ o ‘Kembrich’, los más ricos y en U.C.L.A. o ‘Niuior’ los menos. Sacan el título como casi todos sabemos, pagando en internet a algún pringao que haya hecho ya el examen o sabe Dios de que manera. Y papa los coloca en la ‘ofi’ de la empresa a dirigir a los que de verdad tratarán que siga adelante. Se comerán lo que el abuelo levantó privándose de ir a Montecarlo o a La Concha (se lo comerá o se lo meterá por la nariz) y mientras ‘fiesta fiesta, parti parti’.
Otra particularidad son sus deportes. Si no cuestan dinero y no tienen que gastarse una pasta en Decathlon solo para vestirse, no merece la pena. Antes era el tenis, luego fue el golf, pero como eso ya lo juega cualquier jubilao que veranee en Benidorm, han tenido que buscar un juego nuevo que sea solo para pijos. El Squash o como coño se escriba. Es una mezcla de tenis y frontón que se juega en ‘clus de exkuás’. Allí se reúnen los pijos tres veces por semana a jugar diez minutos y a exhibir el último modelo de ‘aipold’ o las nuevas zapatillas refrigeradas y que saltan solas gracias a la burbuja de aire de los Alpes suizos de su suela durante las tres horas restantes y luego a refrescarse en la terraza frente al campo de equitación donde los pijitos saltan en caballitos guiados por instructores sonrientes que están hasta los mismos huevos de los putos caines que tienen de alumnos. También últimamente está de moda el paddel que es como jugar al tenis con las palas de playa en vez de raquetas, que digo yo que si ya estaba inventado el tenis para qué cambiarlo. La vela y los deportes náuticos son imperecederos en Pijoland, así como el pasear sus culos sobre caballos que ni apestan a caballo.
Y los nombres. Cesar, Marcos, Máximo, Rodrigo o Iñigo y el incombustible Borja. Y si el nombre es largo hay que acortarlo de forma que de repulsión. Rodri, Chechu, Chema, Yago, Jóse, Quique, Edu, Rober o Tito. En ellas es más difícil encontrar uno así que se note la pijéz. Pero siempre los salvarán las Águedas, las Sofias, las Almudenas y sus diminutivos ridículos, Queca, Fefa, Sofi, Luli, Tita. Y además con apellidos que contengan un ‘de’ o un ‘De la’, para que no sea un Torre común sino un De la Torre, aunque sea lo mismo.
¿Cómo se mueve el pijo? En coche. No un coche cualquiera. Tiene que ser un Mercedes clase C o un BMW de la serie 5 para arriba. Eso ellos, porque ellas no hay quien las baje de un 4x4 y si es un Rav4 o un Hammer mejor. Así nadie les puede decir ‘¡enciende el intermitente gilipollas! sencillamente porque no llegan a esa altura desde su utilitario. Lo que sí es común es que se cuelen en el parking, no respeten el limite de velocidad, ni la prioridad en un cruce o una rotonda y que en un semáforo en rojo den un acelerón para salir antes que tú que llevas un SEAT o un Citröen. Porque claro, ir detrás de alguien en una carretera o que pases tú primero aunque tengas preferencia, que tenga que buscar una plaza de parking unas tres columnas mas pallá, eso es de pobres. o como dirían ellos con su lenguaje que parece que llevan la lengua quemada después de comer una pizza recién sacada del horno: ‘Io soy ijo saes... tsontso pero ijo, mentiendes. Osea questoy proncima del populatso saes, osea deerdá’.
Vomitados.
Los segundos tontos del culo que me dan casi tanto o más asco que los pijos, son los canis. Llamados también bajunos, kinkis, wilys o muchos más apelativos dependiendo de la zona de España donde hormiguean.
Hagamos un ejercicio de aguante estomacal y describámoslos físicamente.
Desde pequeñitos visten y se peinan de forma diferente al resto del genero humano para distinguirse. Lo pequeños bajunitos suelen vestir de ropa de mercadillo que a simple vista puede parecer normal pero que por los colores chillones y mal conjuntados (de eso no entiendo pero la mujer dice que es así), y los niños suelen tener un corte de pelo estilo Willy DeVille, por si no me entendéis, pelado normal y corriente en toda la cabeza excepto en la parte baja trasera que cae en una melenita hasta media espalda. A veces no es mas que un guindajo enroscado y medio quemado por un intento de tinte o agua oxigenada. Este peinado bajuno también puede verse en los padres y canis adolescentes. Las niñas no suelen en esa edad llevar un peinado o indumentaria muy diferente al resto de los mortales de no ser por lo de los colorines extravagantes, que debe ser por que el ojo de su madre no pueda distinguir colores normales y solo vea fosforescentes rosas y verdes (algo digno de estudiarse junto al ojo del calamar).
Llevan los canis macho, sea crudo invierno o tórrido verano, chándal cuanto más ancho y llamativo mejor. Cuando llevan camisetas tienen que tener colores que se vean en altamar desde millas de distancia y si estas cerca y les miras más de cinco segundos te provocan daños irreparables en la retina y en el cerebro. A veces llevan estampados dragones y motivos japoneses, no saben ni porqué pero queda ‘towapo’ según su escaso lenguaje que ya abordaré más adelante. Al contrario que los chandals, las camisetas tienen que ir ajustadas para marcar ‘ardominales’. Toda su ropa, tanto la de los pequeños como la de los mayores tiene indefectiblemente que ser de marca. Nike, El Niño, o TN. En verano un autentico cani no lleva camiseta ni na, pa enseñar músculo. Y entonces se ponen los vaqueros que han comprado en ‘Breska’ y que tienen que ser dos tallas más grande pa enseñar el calzoncillo hasta medio culo, que se vea bien la marca, la del tiznón. Y si llevan bañador tiene que ser ‘shurfero’ y llegarle a los tobillos. La gorra es otra prenda indispensable para cualquier cani que se precie de serlo. Tipo béisbol y que le esté bien a su hermano chico porque en realidad no sirve para cubrirse del sol ni na de eso. La llevan en la coronilla y con la visera mirando al cielo como una antena parabólica para recoger ondas hertzianas. Llegamos, bajando por esos pantalones sin forma y si los bajos del pantalón lo permiten ver, al calzado. Zapatillas deportivas enormes y elevadas sobre muelles de aire de colores llamativos. Imagino que esas suelas tan altas son para ir desgastándolas ya que arrastran los pies al andar para balancearse como cuando un chimpancé levanta las manos y camina. El pelo, cuando no lo llevan rapado, lo suelen llevar de varias maneras. La primera es el estilo crestita como la suelen llevar algunos futbolistas (ídolos principales adorados por esta especie), también usan de la cresta mohicana. La otra es la típica de kinki que por delante parece que va peinado normal y detrás le cuelga una horrible cola de 4 pelos que forman tirabuzones y le salen directamente del final del cuello. Hace unos años estaba de moda entre el bajunerio el llevar el pelo como un franciscano o estilo cenicero. Todo rapado excepto una corona alrededor de la cabeza que les daba aspecto de torreón.
Repasemos ahora a las canis hembra. Lo de cani macho o hembra es porque en ellos aun sobreviven los instintos ancestrales del ser humano primigenio. La cani suele vestir una malla ajustada hasta las últimas consecuencias. De esas para sordomudos sí, que se pueden leer los labios. Cinturón enorme y top de color fosforito. Suelen tener unas tetas enormes desde que echan los dientes, no sabemos si es una adaptación genética para amamantar bien a sus cachorros ya que en cuanto tienen la primera regla están dale que te pego hasta quedar preñadas. Si lo normal es que en 100 años haya 4 generaciones en una familia, a razón de una cada 25 años, en la especie cani puede llegar a siete. Y es que la cani suele quedarse embarazada a los 15 años la primera vez y así se sucede que en cien años veremos tatarabuelas canis con 60 años. Sigamos con la hembra cani y su indumentaria. Lleva la cani el pelo siempre muy largo y suele ir teñida de un negro intenso o mechas rubias. Si lo lleva suelto le cae en rizos, pero lo más común es que lo tenga en una cola muy alta, casi en la coronilla y tan estirado que a ves les es imposible pestañear. Una banda elástica en la frente de color también chillón es como la gorra de su macho, así evita que el cerebro pueda expandirse y le quepan ideas, como por ejemplo leer. Complementan su atuendo con abalorios tribales como unas argollas enormes en las orejas donde cabrían colgada una familia de guacamayos gigantes del Amazonas. Aunque mida 1’56 la cani arquetípica parecerá que tiene 1’70, pero es por las plataformas de corcho que se pone en los pies. El rabillo del ojo tiene que ser negro carbón y llegarle hasta la sien. Las uñas de mil colores diferentes pero todos a la vez. Los canis o bajunos suelen llevar piercings y tatuajes en cualquier parte del cuerpo. El macho lo lleva grande y con dragones, letras góticas con el nombre de la churri, o el suyo propio, perros de presa (que es un elemento casi indispensable, y cuanto más feo y más cabezón sea el perro mejor) y signos tribales sin significado alguno que con la nula cultura del cani es algo que le importa poco. También llevan unas letras chinas en el hombro o en el cuello o muy común detrás de la oreja. No tienen ni zorra idea de qué pueden significar pero se creen lo que les dice el jevy que lo tatua y que se parte el culo cuando se va el cani to contento y se lo cuenta a los colegas que se parten el culo también. Las canis suelen llevar tatus más pequeños en la paletilla, en los lumbares o en la pierna y eligen motivos como duendes, hadas, campanilla o el conejito de playboy. La cani suele ponerse un tatu en sitios donde no se ven como en el culo, la teta o en el pubis. Es para que solo lo vea su pibe pero como en dos meses se han pasao por la piedra a medio instituto y cambian de novio más que de tanga (que sí tiene que verse por encima del pantalón y las tirillas le tienen que llegar al sobaco) pues en un curso lo conoce to dios. Y si no, ya se encarga ella de enseñarlo a la menor oportunidad o en una foto del ‘tuenti’. Los piercings en ellas en la boca que parece una verruga negra. En ellos suelen ser un brillante en la oreja estilo Guti o Beckham, un aro que le agujerea la tetilla de la oreja o clavos en la ceja.
Y el oro, oro por todas partes. Anillos, sellos, cadenas gordas y medallones con cristos, camarón o símbolos chinos o de dólar.
Todos estudian en colegios bilingües, con picadero propio y con nombre de santo. Bilingüe porque solo aprenden dos palabras, picadero porque es allí donde comienzan los escarceos instintivo-sexuales y con nombre de santo porque en España si no tiene nombre de santo es de obrero.
En la playa, los canis hacen toda suerte de acrobacias en la arena para agradar a sus hembras y para que los demás veamos qué cerca de nuestros ancestros están. Ellas mientras tanto se dedican a tomar el sol porque nunca llevarán sombrilla a la playa. Jamás van al campo como no sea de fútbol y para armar gresca gane o pierda su equipo.
El cani gusta de alardear ante sus colegas de cuantos mamporrazos le dio al fulano tal o cual y de que es capaz de aguantar más calimochos o ron con limón.
No sabemos que ocurre con el cani cuando envejece porque aun no conozco a ningún cani viejo pero imagino que será digno de ver.
El cani escucha música a volumen brutal. Sus preferidos son los flamenquitos como Decai, Los Caños, Rebujitos, Estopa, El Barrio, y los herederos de Camarón, ídolo semi-dios de los canis. también gustan de la música chunda-chunda que paso de designar por que no tengo ni idea de cómo se llama ni me importa lo más mínimo, pero la ponen en las discos poligoneras a cargo de ‘Diyeis’ , porque todos tienen ese nombre delante ‘Dj_Narco’, ‘Dj_Teddy’, ‘Dj_Rubita’ y miles más que se te puedan ocurrir. La música, porque carece de letra, seria algo así: Titiritiiii tututu tetete te te, chun, Titiritiiii tutuu tetete te te chun chun, tiutiutiutiu. Chun chun chun chun.
Una creación llegada del otro lado del charco fue en Regeton o como se escriba. Es como una historia de un narco que tiene una pistola y te mete dos pum pum y te da pum pum, y como me mires mal te doy pum pum. Y luego sale una voz de tía cachonda diciendo, papito dame pum, soy tu chava pum, me das pum pum. Todo esto con un ritmo eterno: Tun chitun Tun tun, chi tun Tun tun, chi tun Tun tun, chi tun Tun tun.
Las fiestas de los canis son todas iguales, coche con el maletero abierto a toda hostia el Regeton y botellón en un polígono industrial que acaba en bronca, botellas volando y patadas o fiesta en discoteca de chimpun atiborrados de pastis y acabando en bronca con botellas volando y patadas.
Los canis solo se relacionan entre canis, nadie soporta sus colores chillones más de 4 segundos seguidos. Su agresividad también es un muro infranqueable. Viven en pisos cerca de polígonos y en los extrarradios de todas las ciudades pero el mejor lugar para verlos es en los parques públicos sentados en bancos que previamente han arrancado y colocado unos frente a otros. También es fácil verlos de noche en lugares de botellón allá donde este el coche con la música más hortera y bajuna que oigáis.
El cani no habla como el resto de seres humanos. Normalmente utiliza un pequeño numero de palabras para todo, pero bueno, los perros solo ladran y se entienden. ‘Abe’ que en su lenguaje significa Sabes y lo repiten a cada momento. Entre ellos se llama ‘pimo’ o sea primo o ‘mano’ que quiere decir hermano y que demuestra que ellos piensan que todos son de la misma camada. ‘illo’ también lo suelen utilizar bastante. La canis se comunican entre si llamándose ‘shula’, ‘loka’ o ‘puta’ de forma cariñosa. El cani no habla, el cani grita. Grita hasta cuando esta contento. Lo normal es que se comuniquen a grito pelao con la vena del cuello hinchada. El cani solo se ríe cuando algún colega sufre algún percance cayéndose de la moto o por el estilo y entonces salta dando palmadas entre las piernas y diciendo ‘Iooooo illo, que cara.azo colega Uaaaaaaaaaaaa’. Los canis cuando no están hablando de peleas están haciéndolo de lo ultimo que han robado o de que su ‘pimo’ ha comprao algo más barato a un colega que lo que tu le estés mostrando. Una conversación cani seria así: ‘Pimo ira, taba ahí to la peña y eso abe, y llegó mirmano no, y va y to er tema ahí, abe, y le dio un puñetazo no, y se cayó er nota to partio olega uaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa’. Las canis usan palabras de otro estilo vocal. ‘Tía’ y ‘Que fuerte tía’ es muy común y ya si están en una bronca, que es como el 75% de su vida, ahí ya enloquecen. Se insultan como verduleras y la palabra ‘pamicoño’ y ‘pazoputa’ son de uso corriente en su jerga.
Los canis no estudian, jamás. Un cani no sabría distinguir entre una tilde y una cagada de mosca en la hoja de papel. Es más, ellos creen que el papel solo sirve para liar canutos. Jamás han leído un libro, creo que ni han abierto uno. El Instituto de E.S.O. es ese lugar donde a veces van a liarla con otros chicos o a pintar la tapia de fuera con pseudograffitis poniendo los nombres de todos los ‘sosio’ de la peña que forman, que es como llaman a su manada u horda.
El cani macho tiene dos deportes principales. El primero es en un gimnasio poniéndose fuerte pa enseñar ‘ardominale’ y el segundo cualquier arte marcial que tenga que dar muchas patadas y puñetazos y que acabe en ‘itsu’. El cani hembra no practica deporte alguno. Bueno si mascar chicle con la boca abierta o pintarse las uñas es un deporte, entonces sí, esos dos.
Una actividad muy educativa en el mundo cani es la fotografía y el cine. Si amiguitos, aunque resulte increíble. Sus maquinas preferidas no son Nikkon ni Canon, no. Tampoco Fujitsu, aunque acabe en ‘itsu’, porque eso no sirve pa pelearse. Lo graban todo con sus teléfonos móviles. El estilo fotográfico es sutil, ellos posan enseñando ‘ardominal’ o haciendo que lo tienen y suelen hacerse fotos enfocando al espejo del baño de su piso con los hombros hacia delante para parecer que están cuadraos, enseñando todos los granos de su cara. Porque un cani sin barrillos es como un jardín sin flores. Ellas todas las fotos que se hacen son poniendo poses de fulana o sosteniendo el teléfono en alto para que le salga bien el escote. También se fotografían en sus actos tribales, como fumando canutos o mamando alcohol. Las fotos las suben al ‘feisbuk’ o al ‘tuite’ y le ponen debajo los nombres de los sosios, “er_maki”, er_tete”, “er-Shino”, “er-Negro” (nombres de guerra dentro del grupo para olvidar la mierda de nombres que su padres les ponen).
Los videos que graban son de broncas, peleas de tías, haciendo alguna gamberrada como tirar piedras al tren o a los coches en una autovía, caneando a un profesor, haciendo carreritas con sus vehículos, o derrapes, etc. Los cuelgan en Youtube, porque si no has colgado un video de esos en Youtube, no podrás pertenecer a la horda.
Suelen tener nombres característicos. A ellos les ponen nombres bíblicos o típicamente americanos. Jonathan, Isaac, Israel, Nathananiel o Kevin, Beckam (es que los canis creen que eso es un nombre y no un apellido). Lo que sucede es que luego no responden a ese nombre y cuando no es con su mote de guerra (como los antes descritos) es con Robe, Yoni, Irra. Las tías tienen nombres como Jessica, Jennifer, Yolanda, etc. pero se llaman Yeni, Yoli, Yesi, Nazaré (¿es que este como lo acortas, Nazi?), Noe, Vane, Lore.
¿Cómo se mueve el cani? Aquí hay que reconocer que hay dos estilos. El cani joven y el de escasos recursos económicos suele ir en moto. Una mini-scooter a ser posible Jog-R que le habrá comprado su padre con los ahorros de un año de trabajo y que el niñato cogerá en primer día y la modificará totalmente. Le cambiara el tubo de escape por un tubarro que haga mucho ruido y le quitará el tope del acelerador. Eso si no le cambia el motor de 49 c.c. por uno de 75 pa que ‘rule’ más. Le pondrá luces de color violeta o ultravioleta para no ver una mierda pero que quede ‘towapa’. Y pegatinas de Nike o El Niño.
El que lleva coche porque tiene su padre un poco más de dinero, suele comprarse un Hyunday coupé o con más suerte un SEAT León. Lo arreglan enseguida con un ‘loro’ y dos altavoces que ocupan todo el maletero para que la música que llevan la oigan hasta en Oslo (un cani no sabe donde está Oslo, es más, ni siquiera sabría decirte que países son europeos o ni siquiera diferenciar el nombre de un país del de un plato exótico y si le preguntas te contestan con gilipolleces ¿dónde está Camboya? ¿Camboya, juaaa, po tríncame la.....?).
El coche suele llevar debajo luces giratorias para alumbrar el suelo y los faros son de xenón pero de color azul o violeta. En el maletero y parabrisas suelen llevar todo tipo de neones y diodos. Un puticlub de carretera da menos el cante.
Aunque hay otros que suelen llevar cochazos como Audi Quatro o Mercedes y Beemeuves. Te preguntas que cómo un niñato que está todo el día en el banco de un parque sentado puede tener un coche así sin que su padre sea médico o banquero. Es que ese además de cani es traficante. Sí amigos, el cani también se dedica a vender drogas, pastillas y coca normalmente. Y así pueden comprarse esos coches y estar todo el día en el bareto donde se reúnen tomando cubatas e invitando a los sosio. Las canis no conducen. Un macho cani se vería insultado en su ego si una hembra de su camada supiese conducir mejor que él y por ello no la deja, él la recoge donde sea.
Un cani, con moto o coche, no tiene ni idea de las normas de tráfico. Para eso tenia que estudiarlas y el cani solo se aprende como un padrenuestro los exámenes de los colegas. Algunos ni usan de carné, ¡pa que se lo retiren!
El cani no sabe lo que es el límite de velocidad y por ello aprieta el acelerador hasta que las uñas se quedan sin sangre debajo. El cani no entiende de colores y de ahí que los semáforos sean para los demás. Si fueran fosforito y el rojo de color fucsia, entonces a lo mejor lo verían. El bajuno no permitirá jamás que tu salgas de una calle antes que él aunque sea un cruce y tu tengas preferencia. El cani no necesita pelear por una plaza de parking porque para donde le sale de los cojones. Y si es posible y ve a alguno de sus ‘pimos’ se para en mitad de una calle como media hora aunque detrás haya una cola de kilómetros pitando, si eso se baja y se enfrenta a todos con aspavientos y toques de huevos. El cani en moto suele ir acompañado de dos paquetes, uno detrás casi colgando de la matricula y otro metido entre las piernas del conductor y la carcasa frontal de la scooter. Van haciendo eses o el caballito y gustan de ir por la acera y esquivando niños pequeños y ancianos en los parques. No llevan nunca casco por sus cabezas no están preparadas para soportar esa presión. Su blando cerebro reventaría dentro de su cráneo. Cuando ven a un policía o un guardia civil se les suelta la barriga y ponen cara de lo que son , tontos del culo, cuando les paran y les piden los papeles. Es entonces cuando vuelven a recordar que tienen padre.
Para acabar decir que para un cani, lo peor que hay es un pijo y para el pijo, un cani. Cosa extraña porque no suelen frecuentar los mismos nichos geológicos. Pero si lees y relees te das cuenta de cuanto en común tienen. Son las dos caras de la misma moneda. Los extremos que se tocan. Incultos gilipollas que no dan un palo al agua, escorias de la sociedad unos y miembros de una sociedad podrida los otros. Seres egoístas incapaces de pensar más que en ellos los unos y los otros. Tontos muy tontos que disfrutan siéndolo.

5 comentarios:

pepe dijo...

Hola colega, que tal el verano. He leído todo lo que has escrito en tu bloc pero por pereza no te dicho nada, vamos que soy un vago para que nos vamos a engañar, osea que no paro de fiestas en fiestas veraniega como diría un pijo.(no me lo creo ni yo) Tengo que reconocer que sobre todo me has sorprendido gratamente las descripciones que has hecho del ropaje de los pijos y los cani. No tienes ni idea de lo que me he reído leyendo el relato de esas dos especies del siglo XX Y XXI. también me agradó bastante los dos artículos anteriores a este.Estoy de acuerdo contigo que los pijos y los cani son los verdaderos tontos porque se creen muy listo.

Uladh dijo...

je,je,je, Pepe es que nada más que hay que salir a la calle y verlos como si fueras Felix Rodríguez en un documental de Fauna Iberica. Son como animalitos. Los pijos de tú sabes que partido si que son peligrosos. Esos si volteran la toritilla ya sabes , Pum Pum y al boquete por rojo.

Anónimo dijo...

Si es que eres lo mas grande que ha parío madre y se te tiene que queré. Conste que se te ha olvidado el "entremedios" que es por ejemplo, el status de mis jefes: montados en el euro y la mujer va a comprar la ropa a los mercadillos de fuengirola donde te venden la imitación de los pijos a precios de mercadillo. Ahi queda nada, moreno. Jajajaja.
Gracias por amenizarme las veladas con tus comentarios siempre certeros y agradecidos.
Se te echa de menos por tierras Tyrhavnleñas.

Un beso!

Conchi

Anónimo dijo...

añado...encima "la doña" lleva bolsas del Corte inglés para aparentar que ha comprado allí los susodichos politos pero es inevitable los "oig en el C.I a 70 euros..en Fuengirola los cogía 10 y a 15 el 2x1"
Manda huevos min thane!!

Manoleitor dijo...

Anda que te habrás quedado a gusto...xDD.